20 febrero 2015

En la madrugada

Oí la canción de Jesús Garriga y dejé de escribir. Él le cantaba al padre y también al amigo, al que siempre estuvo ahí y al que siempre estará, vaya bien la cosa o vaya mal. Entonces recordé a mi padre, al que se fue casi sin ser visto, al del escalón del zaguán, al del pan calentito, al del Minerva, al de las fotografías de las latas de galletas, al del adiós del décimo piso del hospital, el del recuerdo nebuloso y al de las sonrisas. Entonces lloré por no haber tenido al padre y también al amigo.

Aquí pueden oír la canción: