01 noviembre 2021

Mesa redonda: El fenómeno de la autoedición literaria en el festival Rock and Books



 
El próximo jueves 4 de noviembre a las 19.00 horas participaré en una mesa redonda sobre el fenómeno de la autoedición literaria y tendrá lugar en el festival Rock and Books que se está celebrando en el anexo de la Plaza de la Música situado en el Rincón. Participamos en la mesa Nisa Arce, Melani Garzón, Moisés Morán y la modera Leandro Pinto.

10 octubre 2021

Presentación de mi libro «Evolución histórica y deportiva de los botes de Vela Latina en Las Palmas de Gran Canaria: 1876-1962» en la Feria del libro 2021


Hoy, día 10 de octubre, presento mi libro «Evolución histórica y deportiva de los botes de Vela Latina en Las Palmas de Gran Canaria: 1876-1962» La presentación tendrá lugar en la Feria del Libro, en el parque Santa Catalina y en la carpa sesión continua a las 18.30 horas.


16 septiembre 2021

Presentación de mi libro «Evolución histórica y deportiva de los botes de Vela Latina en Las Palmas de Gran Canaria: 1876-1962»

 El próximo sábado 18 de septiembre presento mi libro «Evolución histórica y deportiva de los botes de Vela Latina en Las Palmas de Gran Canaria: 1876-1962» El lugar será el Puerto de Las Nieves en Agaete a las 18.00 horas y en el festival Rock and Books.




23 julio 2021

El vértigo de las opiniones. Artículo sobre la fecha del 24 de julio de 1904 publicado en La Provincia en 2004

Fuente: propia

 Después de releer atentamente el prolijo artículo publicado por LA PROVINCIA “Los botes y una tesis” de Juan Cabrera Santana, no voy a entrar, ni mucho menos, a contestar las desconsideraciones sobre mi persona, porque ellas se contestan solas. En lo que sí voy a entrar es en la cuestión que nos ocupa y a muchos preocupa, que no es otra que la del origen de la competición de los botes de vela latina en Las Palmas de Gran Canaria. Porque hoy por hoy estamos en la misma tesitura que ayer y que siempre, en una tesitura de opiniones, muy respetables, pero sin fundamento científico; la investigación científica se fundamenta sobre la base de hechos demostrables, objetivos y fiables y no sobre la base del vértigo de las opiniones. Y sobre esta base, la del vértigo de las opiniones, se construye la tesis de los que mantienen como inicio de las regatas de botes de vela latina, la fecha de 24 de julio de 1904 y que es el fundamento principal para la celebración del discutido centenario. 

Los pilares de esa tesis son afirmaciones tales como que «El 24 de julio de 1904 es la fecha indicada en la que nuestro pueblo llano tomó su peculiar concepción de las regatas de botes», o cómo «la primera regata oficial se celebró el 24 de julio de 1904 con motivo de las fiestas de San Cristóbal». 

A mí me gustaría conocer, porque hasta el día de la fecha no se ha hecho, y han tenido a su disposición algunas páginas del periódico más leído, qué datos tienen para afirmar lo que afirman. La historia en general y la historia de la Vela Latina Canaria en particular se escribe con hechos demostrables documentalmente, porque si no fuera de esta manera, nos perderíamos en el infierno de la verborrea. 

En este sentido, a mí me gustaría conocer los documentos, si existen, que dan a esa regata tan alto rango histórico, quién o quiénes son los que dan tan alta condición, y por qué esa regata es la primera regata oficial de la que se tiene conocimiento documental y de por qué no lo son las otras. Porque históricamente sería interesante conocerlos y pondría a muchos en su sitio, incluido a quien esto escribe, y este centenario estaría justificado. Sin embargo, esa «oficialidad», esa «peculiar concepción», parte de la publicación de un anuncio, de una regata de botes a vela, en la prensa y de la opinión de las personas que sostienen la tesis del 24 de julio. 

Y si los únicos argumentos que se quieren esgrimir para echar por tierra la tesis, de que ya por 1874 o incluso en fechas anteriores, los ciudadanos de Las Palmas de Gran Canaria ya contemplaban regatas a botes a vela latina, es decir que, con la regata de 1904 el pueblo tomó la concepción de lo que hoy en tendemos por regatas de botes o inducir que la regata de 1876 no se celebró o que incluso no era de botes a vela latina, es mucho entender y suponer porque los datos son tozudos y si la regata de 1876 deja margen a la duda, las posteriores regatas no dejan margen a la duda ni a las especulaciones. 

Creo que es pertinente, en este punto, centrar el debate y, en ese sentido, hay que decir que lo que se está analizando no es otra cosa que el inicio competitivo de los botes de vela latina en la ciudad, de la primera regata oficial y competitiva de botes de vela latina de la que se tiene conocimiento documental, independientemente de la evolución que posteriormente sufrió este deporte (todos los deportes evolucionan desde su génesis) y no las regatas de goletas y bergantines en África, ni de barquillos o botes en Gando, Sardina o Mogán, y menos las elucubraciones sin fundamento sobre la concepción que te nía el pueblo llano de las regatas de botes, sino de aquellas regatas que se fueron celebrando desde 1874 con motivo de las fiestas de San Pedro Mártir y conquista de Gran Canaria, en la bahía de Las Palmas, por botes de vela latina que tenían una mínima estructura deportiva demostrable documentalmente. 

El origen de un deporte está en las primeras manifestaciones de ese deporte, de las que se tienen constancia documental, esos y no otros, son los elementos sobre los que se construye la historia de un deporte. 

En relación con la estructura deportiva, las regatas que a partir de 1874 comienzan a surcar nuestra bahía tienen una estructura mínimamente deportiva de mostrable con documentos escritos, a saber: un organizador oficial, en este caso, el Ayuntamiento, que coordina los diferentes elementos que van a configurar las re gatas a botes de vela latina, es decir, solicitando los permisos correspondientes y necesarios y construyendo una mínima estructura organizativa de recursos para que esas regatas se puedan llevar a cabo:

  • Un campo de regatas establecido entre un punto de la Bahía y el Muelle de Las Palmas. 
  • Un sistema de competición con premios para los ganadores, para el primero, segundo y tercero. De este sistema de competición se debe deducir una organización mínima de jueces, que dieran la salida y la llegada de los botes y que determinaran quiénes eran los ganadores. 
  • Y lo más importante, la participación de botes de vela latina, porque los botes a vela, lo eran de vela latina y no otra clase de vela, porque así lo de muestran multitud de documentos pictóricos y fotográficos de la época y porque para navegar en nuestra bahía, en los años a los que hacemos referencia, la vela más idónea era la latina, porque permitía navegar en bolina frente a los vientos alisios que frecuentemente venían y vienen de Norte o Noreste. 

Desde el punto de vista de la estructura de los deportes y de las teorías del origen de los deportes, estas regatas contaban con todos los elementos para considerarse deportivas y que se fundamentan en que una organización, en este caso el Ayuntamiento de la ciudad de Las Palmas decide organizar una regata, para lo que coordina a un grupo de personas, estableciendo unas incipientes, normas o reglas, para llevar a cabo una actividad física de movimiento en botes de vela latina, con signo lúdico-deportivo y carácter competitivo y con una situación motriz claramente identificable. 

La combinación de todos estos elementos y su constatación documental, son los que establecen y sitúan el origen de la vela latina de botes en las regatas que se celebraron después del primer intentó de 1874, que siguieron celebrándose en 1876, 1877, 1878, 1881, 1882, 1883, etc., y de las que se tienen constancia. Afirmar que estas regatas no son el origen competitivo de los botes de vela latina canaria sin aportar argumentos fiables y objetivos que se puedan constatar, es una temeridad, y más cuando se hace desde el desconocimiento y desde la atalaya de la opinión y no desde el conocimiento científico. 

El punto de discusión es por qué las regatas de botes de vela latina que se celebraron a partir de 1874, con elementos de estructura deportiva, no son el origen de la vela latina canaria y qué razones, que se puedan demostrar, son las que hacen de la regata del 24 de julio de 1904, punto de origen de nuestro deporte, y qué diferencias esenciales y demostrables, hacen que esta regata sea considerada la primera regata oficial, de la que hasta el día de la fecha no se han aportado documentos fehacientes que apoyen esa tesis. 

Para concluir, tres apuntes: primero, decir que la Federación Canaria de Vela Latina de Botes es libre de poner su centenario cuando estime oportuno e, incluso, apostar y defender la fecha de 24 de julio de 1904 como la primera regata de botes a vela, pero lo que no puede pretender es que algunos comulguemos con esas piedras de molino. 

Segundo, que en el último trabajo de investigación que se conoce sobre los juegos y de portes tradicionales canarios ya se recogen como primeras referencias documentadas a las regatas celebradas a partir de 1874, y tercero, me parece triste que ignoremos la historia de es te deporte, de aquellos que hace más de cien años empezaron a poner los pilares de lo que es hoy la Vela Latina Canaria.


24 mayo 2021

Comité de regatas y alertas meteorológicas.

Fuente: propia



Lo que pasó el sábado, en la regata de la primera eliminatoria de Torneo Eliminatorio Fundación de la Caja, no debía de haber ocurrido, una situación de riesgo innecesario para toda la flota.

Pero vamos por partes. La decisión del Juez de Regata, en mi opinión, fue más que acertada. No cabía otra medida en esas circunstancias, con el viento, fuerte y racheado, subiendo por momentos, y con un oleaje incontrolable en la misma salida del Túnel.



Porque digo que la decisión es acertada, porque el principal objetivo de un juez es soltar una regata con todas las medidas de seguridad y sin riesgos para los participantes, y eso no se cumplía el sábado, porque de haberla soltado, habría comprometido esa seguridad sin ninguna duda.

De haberla soltado quizás hubieran trabucado tres botes, pero quizás seis, siete o diez y entonces sí hubiéramos tenido un serio problema en el Túnel, porque auxiliar a un bote que no está trabucado es mucho más fácil que auxiliar a un bote que sí lo está.

No hay que olvidar que llegaron al muelle tres tripulantes con hipotermia, que tuvieron que ser atendidos por el personal de emergencia y otros más, a los que vi, que seguían temblando en el muelle. ¿Qué hubiera pasado si en vez de estar en sus botes hubieran estado en el mar…? Quizás los casos de hipotermia se hubieran multiplicado por dos o por tres, sin olvidar los posibles accidentes en las trabucadas.

Es muy fácil decir que se tenía que haber soltado la regata, pero hay que pensar que la decisión que se tome tiene que ser la que menos riesgos suponga para los participantes, y eso fue lo que se hizo.

Repito, los jueces de regata tienen que velar por la seguridad de todas las tripulaciones y eso fue lo que se hizo, aunque se complicara, en demasía, el remolque de los botes. Los jueces de regata no pueden establecer sus decisiones sobre la base de las hipótesis, sino sobre los hechos y los hechos eran los que eran.

Algunos compañeros planteaban aplicar la regla 35 (Recorrido acortado) de las Instrucciones de Regata, que dice: Asimismo, si el Juez de Regata considerase que la salida de los botes no se pudiese realizar desde el fondeo fijo que indica la regla 13, porque el estado de la mar y del viento prudentemente lo aconsejasen, la línea de salida podrá montarse más al Norte y en la zona que el Juez de Regata determine por razones de seguridad de los participantes. En este caso la embarcación del comité también tendrá izada la bandera de recorrido acortado.

Esta hubiera sido una solución posible, pero se tenía que haber tomado dos o tres horas antes del comienzo de la regata con comunicación previa a los presidentes y patrones de los botes.

Sin embargo, toda esta situación se hubiera evitado si el Presidente del Comité de Regatas hubiera aplazado la regata el viernes, cuando el Gobierno de Canarias emitió y amplió la alerta por fenómenos costeros a partir de las 15:00 horas del viernes, 22 de mayo, con predominio de la mar gruesa y mar de fondo del norte y nordeste de 1 – 2 m. Oleaje de mar combinada: 2,5 a 4,5 m. y con fuertes vientos del nordeste de fuerza 6 – 7 (40 – 60 km/h).


Creo que, con una alerta sobre la mesa, sea por vientos o por fenómenos costeros, no se puede soltar una regata en ningún caso, sea cual sea la competición que tenga que celebrarse porque es la única manera de preservar la seguridad de los participantes.


Digo más, quizás debería de incluirse en las Instrucciones de Regata que cuando haya una alerta por viento o fenómenos costeros, se aplace la regata hasta nueva fecha, así no comprometemos a los jueces a tomar decisiones complicadas evitando presiones de diversa índole.

No me quiero olvidar del trabajo que hicieron, a pesar de las dificultades, todas las embarcaciones auxiliares de la federación, del comité y de los botes que ayudaron a resolver una situación muy complicada, que, como digo, se podría haber evitado.

De la situación del pasado sábado tenemos que sacar conclusiones y aprender de los errores que se cometieron, pero también de los aciertos. 





13 mayo 2021

Las llaves

Fuente: Pixabay


Le gustaba dejar las llaves en el mismo sitio. Siempre junto a la Virgen del Carmen como si, al salir o al entrar, la influencia mariana exorcizara todas las puertas que había abierto y cerrado en la noche. Era la única manera que tenía de pedir perdón por tantos muertos.