Fuente: propia
He estado muchas veces en La Palma, después que la visitara por primera vez en los años noventa. La mayor parte de las visitas han sido relacionadas con la cultura, eventos en los que he tenido el gusto de participar.
Sin embargo, en esta ocasión la visita fue turística, porque mi hijo nunca había estado en este preciosa isla y decidimos programar la visita para los días previos a la semana santa, antes de los festivos porque los hoteles y aeropuertos se ponen hasta los topes.
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La verdad es que la isla de La Palma es una isla que no deja de sorprenderte, porque donde quiera que vayas siempre te encuentras con algo que te deja con la boca abierta, sobre todo su exuberante vegetación que levanta desde la costa y se va haciendo cada vez más frondosa a medida que subes hasta las cumbres de la isla.
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No perdimos el tiempo, y el primer día los dedicamos a aprovisionarnos y a visitar Santa Cruz de La Palma, una ciudad que, en su parte antigua, parece como si hubieras viajado en el tiempo.
Ya en el segundo día nos adentramos en el interior de la isla y visitamos el cubo de la Galga, un sendero cuya vegetación representa los antiguos bosques de la Laurisilva que estaban en la mayor parte de la Islas Canarias.
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Después de la visita al barranco de La Galga, nos fuimos directos al Charco Azul, a la costa, al municipio de San Andrés y Sauces a darnos el primer baño del año y el agua estaba cristalina, pero muy fría; fue entrar y salir.
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Después del baño volvimos a la montaña para visitar la cascada de Los Tilos, que está en el municipio de San Andrés y Sauces, pero con tan mala suerte que no hay había cascada porque el agua se había desviado para regar las plataneras, pero aún así el lugar es impresionante.
Al día siguiente visitamos el Roque de los Muchachos y los observatorios internacionales que están en la zona, con una paisaje digno de ser visitado que nos ofrecen una visión espectacular de la Caldera de Taburiente.
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En nuestro siguiente día visitamos el sur de la isla, donde se ubica los volcanes de San Antonio y del Teneguía que fueron protagonistas de las últimas erupciones acontecidas en las Islas Canarias.
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Ese mismo día bajamos a visitar el faro de Fuencaliente y las salinas que están en ese mismo lugar. Una salinas que producen una sal que se comercializa en la isla de La Palma y que se exporta.
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El último día recorrimos la parte oeste de la la isla, Los Llanos, Tazacorte, Puerto Naos y Tijarafe.
Sin duda una isla para visitar y disfrutar de sus gentes y de sus magníficos paisajes
