Las primeras palabras

Fuente: propia

Estás en la puerta. Ya no pasas.
Te quedas ahí esperando la osadía,
para que te lleve en volandas,
y rompas el silencio que te cubre como un manto,
que te agarrota y te tranca la garganta.

Esperas a que llegue la luna,
la uña que se mece en el cielo,
y que no ilumina,
pero que es aliada del señor oscuro.

Ahí te presentas, cuando las estrellas te parpadean,
con sus iluminaciones muertas,
entonces tocas, a esperar que el silencio se rompa,
vuelves a tocar hasta que todas las puertas se abren
y entonces entras, pero nadie te espera.

Te sientas a esperar a oír las primeras palabras,
y si no llegan,
te irás por la mañana con el primer rayo del sol,
que ya no es rayo, sino quimera.

Volverás mañana, con la luna menos luna,
a que te permitan entrar,
a esperar a oír las primeras palabras,
aquellas que nunca te permitirán decir,
pero que siempre has querido oír