01 abril 2019

El camino del ayer


Fuente: propia
Cúbreme con tu manto, 
el del silencio, el de la espera,
el de la mentira,
ese, raído por el polvo del olvido.
Yo me quedaré inmóvil,
abriendo los poros para transpirar,
y escupir los recuerdos de tus muertos, 
sus osamentas olvidadas en los rincones mohosos.
Trataré de levantarme, 
una mano apoyada en el alma,
y las rodillas en carne viva 
tras recorrer tus silencios culpables.
Te miraré en pie,
tambaleándome,
buscando el justo equilibrio entre alma y corazón,
apoyándome en el báculo de la resignación,
buscando en tus ojos las lágrimas del perdón.
Daré la vuelta, dándote la espalda,
¡Quédate!
pero me llevaré lo que no pudo ser,
y lo que no fue,
los restos del naufragio en el abismo,
el timón sin rumbo
y las cartas que ya nadie leerá.
Solo quedará la estela de tus recuerdos encarcelados,
las fotografías de sonrisas y atardecer,
los espejos rotos y mentirosos,
tu lluvia a través del cristal
y las tardes del café con tu fantasma.