19 abril 2012

Yo, funcionario


Hace ya veintiún años que soy Funcionario de Carrera y esa condición no la gané en ninguna tómbola ni tampoco de la mano de algún enchufe trifásico, no tuve esa suerte. No, accedí a la función pública después de más de un año de sacrificios personales, de muchas horas de estudio y de muchos nervios. Tuve que pasar tres pruebas eliminatorias muy duras que estaban regidas por las máximas constitucionales de igualdad, mérito y capacidad y que algunos han olvidado,.
Ahora, en esta coyuntura de crisis mundial, se nos piden sacrificios y los estamos haciendo; ya nos han recortado y congelado el sueldo.
Cuando hablan de recortes, la mayoría, miran para el funcionario como el elemento al que hay que destripar en la plaza pública hasta dejarlo sin aliento porque, hay que reconocerlo, nunca hemos tenido buena prensa.
Pero todos estos se olvidan, que somos los funcionarios los que sacamos adelante todos y cada uno de los servicios públicos de una manera digna, en las Escuelas, en los Institutos, en las Universidades, en los Centros de Salud, en los Hospitales, en los Ayuntamientos, en los Cabildos, en las Comunidades Autónomas y en el Estado.
Ayer leí que el Gobierno de Canarias nos quiere recortar la paga extra de diciembre, dejarnos de pagar el complemento de destino y el complemento específico. Ahora se me llenó la cachimba, ¡ya está bien!
Antes de tocarme la paga extra de Navidad, ¿por qué no se examina con profundidad el presupuesto y se elimina todo lo que es superfluo? ¿Por qué no suprimen la gran mayoría de las empresas públicas y fundaciones que fueron creadas para meter a hermanos, primos, tíos, cuñados y demás familia y que para más Inri, nos han ido quitado funciones que nosotros realizábamos?
No, no soy solidario, en este caso no puedo serlo, porque yo estoy en la Función Pública por méritos propios, porque pasé unas pruebas muy duras y no me pueden meter en el mismo saco con personas que han accedido a la administración por la puerta de atrás y, si tienen que salir, tienen que salir por la misma puerta que entraron.
No, parte de mi sueldo no va a seguir sirviendo para mantener una estructura pública que se ha construido sobre la base del enchufismo, en la que se han creado empresas públicas sin razón lógica alguna, solo para pagar favores políticos. Ahora es el momento de poner los  puntos sobre las íes y colocar a cada uno en su sitio.