02 julio 2019

Tu incendio


Fuente: propia
Ya estoy y las caras también están ahí,
con el fuego de tus ojos que terminó por quemarme,
y casi me dejó ciego,
por no querer controlar un amor tan intenso,
que era un fuego incontrolable,
que me subía arrasando mis muros y mis fronteras,
y que se abría paso enarbolando la bandera de la pasión y la lujuria.
Tu incendio me quemaba, pero no me importaba;
me lanzaba a él como si fuera el agua más fresca,
y después me lamía mis heridas en el rincón de tu recuerdo,
como el perro herido y apaleado.
Volvía y sabía que tu incendio me acabaría devorando,
pero me lanzaba a tu pira,
jugaba con tus llamas y me comía los rescoldos de tu hoguera,
hasta que solo quedaban tus cenizas.
Ahora, camino por la calle y, de vez en cuando,
huelo el olor de tu incendio y lo sigo, hasta que te encuentro;
tú en el centro, con las llamas por el suelo;
ellos lanzándose a quemarse,
sin importarles nada, solo tú y tu fuego.