30 agosto 2011

¿Moriré en el desierto?


El Cuerno de África se muere de hambre, sí, se muere de hambre y esa muerte se hace más visible en miles de niñas y niños, que están muriendo por falta de recursos para que puedan llevarse un poco de alimento que los salve de una muerte segura.
Y su vida pende de un hilo, un hilo tan frágil que se rompe cada minuto que pasa, mientras, los gobiernos occidentales, miran para otro lado porque están más preocupados por el déficit coyuntural y la prima de riesgo.
Creo que si los gobiernos no dan el paso, somos los ciudadanos los que tenemos que darlo, a través de nuestras donaciones desinteresadas a las ONGs que están trabajando sobre el terreno; un euro tuyo puede salvar una vida.
Dice un estudio, que un alto porcentaje de españoles cambiamos de canal cuando sale una noticia sobre el hambre en la televisión; pues yo te pido que no cambies de canal y que tomes partido. 
Párate un segundo, analiza tu situación económica, ¿cuánto podrías aportar? La respuesta solo la tienes tú. 
Si decides colaborar, aquí puedes hacerlo: