15 diciembre 2011

Ahora lo recuerdo

Sí, ahora lo recuerdo, era tu mirada lo que me confundía. Esa mirada limpia, que nunca pedía nada a cambio, que se entregaba como los besos del amanecer a cada nuevo día.

Sí, ahora lo recuerdo, eran tus ojos los que me confundían. Esos que me pedían, a gritos, lánzate, que yo te espero con los brazos del amor imaginado.

Sí, ahora lo recuerdo, eran tus caricias las que me confundían. Esas que me entregabas, sin esperarlo, con una sonrisa de mañana, a eso de las seis, cuando yo me abría paso entre la duermevela.

Sí, ahora lo recuerdo, eran tus besos los que me confundían. Esos que me lanzabas a escondidas cuando nadie te veía, porque creías en tu amor furtivo.

Sí, ahora lo recuerdo, era tu voz la que me confundía. Esa que me decía, Buenos días al encontrarnos en la estación de Guaguas, siempre a la misma hora, y Adiós, al bajarte en tu parada.

Sí, ahora lo recuerdo, era yo quien te amaba en silencio. Quien buscaba tu mirada antes de que amaneciera, el que se perdía en el negro de tus ojos, el que soñaba con tener la quimera de tus caricias en una noche de ensueño, el que se imaginaba todos tus besos en mi sedienta boca, el que rogaba a Dios encontrarte todos los días, porque por aquel entonces, tú eras el motivo de mi triste existencia.