Nota del autor: cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia.
Esta historia comenzó hace algunos días, cuando recibí un aviso en mi smartphone, notificándome que había recibido una transferencia en Steemit de 5.000.000 de Steem Dollars.
Mi corazón se empezó a acelerar de una manera alarmante, llegué a pensar que se me saldría por la boca, porque no entendía qué demonios estaba pasando y pensé que esa transferencia se debería a un grave error que tendría que solventar lo antes posible.
Sin pensarlo más, encendí mi portátil, entré en mi cuenta, rezando para que no se colgará y pudiera comprobar sí, de la noche a la mañana, me había convertido en una ballena de Steemit. Una vez dentro de mi perfil, seleccione la billetera y comprobé que, efectivamente, ahí estaban los cinco millones Steem Dollars que me había notificado la aplicación de mi smartphone.
Sin salirme de mi billetera, comprobé el historial de transacciones de las últimas horas y allí estaba la transferencia: «Receive 5.000.000 SBD from Hesse» Busqué al usuario Hesse para averiguar quién era. Comprobé que tenía un 75 de reputación y se había dado de alta en Steemit en marzo de 2016. Después entré en su billetera para ver el historial de sus transacciones y comprobé que tenía todas sus cuentas a cero, y que su última transacción había sido esta: «Transfer 5.000.000 SBD to moises-moran».
Volví a quedarme helado, porque esa era la confirmación, no entendía qué había pasado y seguía pensando que todo se debía a un gravísimo error o incluso a un acto de piratería informática que había dejado al Hesse sin nada en su cuenta y lo habían convertido en una insignificante carpa que se perdería, para siempre, en los océanos de Steemit.
Lo primero que hice, sin pensarlo un instante, fue realizar la transferencia de los 5.000.000 SBD a Hesse, porque entendía que eran de su propiedad.
Hice la transacción del dinero a su legítimo dueño, pero al cabo de unos minutos, Hesse volvió a transferirme la misma cantidad de dinero, añadiendo este enigmático mensaje: «Las carpas quieren ser ballenas y las ballenas también quieren ser carpas, atravesar el océano sin otro objetivo que disfrutar de la vida en el mar. Disfruta de tu momento».
Le di vueltas durante unas horas a lo que había ocurrido, sin llegar a comprender cuáles eran las razones por las que Hesse se había desprendido de todo su capital financiero. Me recordó al protagonista de una novela de Hermann Hesse, «El juego de los abalorios», en la que su protagonista, se llega a convertir en la máxima figura de los maestros del juego, y cuando lo consigue...
Después de haber asumido que me había convertido, sin quererlo, en una ballena, comprendí el poder que tenía, ya no solo cuando publiqué mi primera entrada siendo una ballena, sino cuando votaba o comentaba alguna entrada que me parecía interesante, aquellos que tocaba con mi varita mágica, sus entradas se convertían en las más visitadas y las que más ingresos obtenían.
Estuve unos días disfrutando del poder y del prestigio de ser una ballena, publicando mis entradas y repartiendo mis votos como mejor entendía, hasta que una madrugada comprendí que una ballena, primero es carpa, después delfín y, algún día, si se nada mucho y se recorren muchos océanos, te puedes convertir en ballena.
Así que esa misma madrugada, entre mi billetera dispuesto a transferir el capital que me había donado Hesse a proyectos solidarios en Steemit, pero no encontré muchos. Así que, sin pensarlo mucho, convertí los 5.000.000 SBD en dólares y los doné a varias organizaciones que se dedicaban a la protección de la infancia, de la mujer, de los derechos humanos, de la ecología, de la cultura, de la educación y la pobreza.
A la siguiente mañana me levanté siendo otra vez una simple carpa, que sueña con convertirse en una ballena, pero que sabe que, para ello, tiene que trabajar diariamente e intentar crear contenidos de cierta calidad, para hacer un poquito más grande a esta gran comunidad que es Steemit.
Después de un tiempo volví a recibir una transferencia de Hesse, esta vez de dos SBD y con el siguiente mensaje: «Al final comprendiste y actuaste en consecuencia. No me equivoqué contigo. Espero que consigas llegar a tu meta. Ya sabes cuál es el camino».
Fuente de la imagen: Pixabay
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