07 enero 2019

Ayer tuve un sueño


Fotografía sacada con un teléfono móvil Acer Liquid Z630
Ayer tuve un sueño
y me lo puse por sombrero,
un sueño de ala ancha,
de esos que te cubren del sol y de la lluvia,
de color rojo, no, azul, no, verde, no, negro,
al final se quedó con el color del arcoíris.
Luego se transformó en un camino polvoriento,
lleno de bancos viejos
que me hablaban y me invitaban a sentarme,
a descansar porque el camino es largo
y a quitarme el polvo que arrastraba de la vida.
Me senté y me convertí en la madera vieja de todos los bancos e invité a otros a sentarse
y a quitarse el polvo que arrastraban de la vida.
Escapé de la madera, escupí los clavos
que me convirtieron en banco y corrí hacia la salida,
pero el camino polvoriento se convirtió en un mar tumultuoso,
y yo en una barca a la deriva
que bailaba al son de las olas
que eran los hombres y las mujeres que habían pasado por mi vida.
Después llego la calma,
ya no era una barca de madera,
era una mancha gris de cenizas sobre el mar
que se iba diluyendo entre la espuma de las olas.
Ayer tuve un sueño
y me lo puse por sombrero,
fui camino, madera, fui banco,
fui barca y fui cenizas.