22 septiembre 2019

Las Arenas de Guanarteme


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Las dunas de Guanarteme, así se las conocía de forma oficial, pero nosotros, los de Escaleritas, las conocíamos como Las Arenas y era el último reducto de las dunas gigantes que se levantaban al borde de la playa de Las Canteras, sobre todo por la parte de Guanarteme y que el crecimiento de la ciudad de Las Palmas de Gran Canaria terminó por engullir paulatinamente, hasta que desaparecieron bajo el cemento y el asfalto.

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Esta parte de la ciudad era muy atractiva para los niños y no pasaba un mes en el que mis amigos y yo, fuéramos a tirarnos dunas abajo para disfrutar de una experiencia única y, al final del día, acabábamos derrotados, porque lo fácil era bajar, lo complicado era subir y llegábamos exhaustos a la cumbre de la duna gigante.
Recuerdo que una vez construimos un cometón de grandes dimensiones, a modo de Ala Delta y lo llevamos al borde de la duna y cogimos al amigo que menos pesaba y lo lanzamos ladera abajo. En unos primeros instantes voló unos metros, sin coger mucha altura, pero, al poco, cayó a plomo porque las cañas se quebraron por su peso, con la suerte de que el suelo eran las arenas amarillas de las dunas.
También aprovechábamos la excursión, porque para nosotros lo era, para ir a los refugios y nidos de ametralladoras de los militares que había en la zona y que, por aquella época, estaban abandonados.
Para nosotros era toda una aventura e íbamos pertrechados con alguna linterna y velas y atravesábamos las instalaciones de un lado a otro, pasando por los túneles, con el corazón en un puño, porque por la época corrían leyendas urbanas de gentes que habitaban en aquellos lugares.
Sin embargo, nos llenábamos de valor y conseguíamos cumplir nuestro objetivo, para luego seguir con nuestros juegos en las Arenas.