07 junio 2018

Suicidio físicamente calculado

Subió al edificio más alto de la ciudad. Había calculado el tiempo exacto que tardaría en impactar con el suelo y morir reventado. Exactamente 8 segundos, después de los cálculos correspondientes aplicando la formula:
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Se subió al reborde del edificio y pensó:
Solo serán 8 segundos y todo habrá terminado.
Miró hacia abajo y sintió un repentino vértigo, mezclado con algo de miedo, porque tirarse de aquel edificio con aquella altura era acabar con la vida de una manera segura. No habría vuelta atrás. Estaba decidido, su vida ya no valía la pena vivirla y acabar con ella era la única solución posible.
No lo pensó mucho más, dio un paso y se tiró al vacío, pero justo cuando llevaba dos segundos se arrepintió. Pensó que todo en la vida tiene solución, menos la muerte, una muerte que lo tenía atrapado por completo y que no lo iba a soltar tan facilmente.
Sin embargo, justo cuando le quedaban 50 centímetros para estrellarse contra el suelo, pudo esquivar la caída porque voló como un Ave Fénix renacido y se elevó por los aires volando a la velocidad de la luz, recorriendo la tierra de punta a punta e, incluso, decidió atravesar el universo y llegar hasta sus confines. Luego regresó y se despertó.
Se sentó en el borde de la cama con una sonrisa de oreja a oreja y se preguntó cuánto hacía que no soñaba que volaba, que no sentía esa sensación maravillosa de sentirse libre y llegar hasta donde él quisiera. Ya no lo recordaba.
Buscó en San Google el significado de su sueño. Se levantó, se duchó, fue su trabajo y pidió la carta de despido.
Ya era hora de un cambio en su vida.
Fuente de la imagen: Youtube