Me miró un niño
Le observaba, estaba quieto, estático,
estaba riendo, jugando con sus manos de pintura.
¡Cómo jugaba!
Me miró con sus ojos cielo, quedé apartado del mundo,
absortó, inmóvil, pensativo,
entré en su mundo de fantasía y me dormí.
Me miraba desde su trono rojo,
con cielo blanco,
con su mirada nítida, agradable y silenciosa de un niño,
me desperté, hablé, pensé,
esa mirada cuando le sonrío, esa mirada cuando
le hablo, esa mirada cuando le regaño, esa mirada...
Sus ojos me decían mucho y no me decían nada,
esa mirada maravillosa, esa mirada ya no me mira,
se ha espantado por el tiempo,
maldito tiempo,
nunca volverá a mirarme
¡Nunca!
Se ha perdido en el tiempo, ha muerto aquella mirada
¡Ha muerto!
17 de mayo de 1981