02 julio 2018

¿El enemigo? En casa. La locura de las armas en Estados Unidos

La permisividad de la portación de armas de fuego en los Estados Unidos ha dejado 17 víctimas mortales más, después de que un joven de 19 años disparara, indiscriminadamente, contra sus compañeros de la escuela secundaria Stoneman Douglas de Parkland de Florida.
Una estadística que no deja de subir año tras año y que se suma a la ya trágica matanza de las Vegas que dejó 58 muertos en octubre de 2017, por no contar con las matanzas que han ocurrido en años anteriores.
Estos acontecimientos terribles ponen en el candelero una cuestión que, año sí, año también, cuestionan la regulación de la portación de armas en los Estados Unidos, que, amparada en la segunda enmienda, deja sobre la mesa la escalofriante cifra de más de 33.000 muertos al año por armas de fuego, 93 muertos diarios por esta causa, sin contar en número de heridos colaterales.
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Una cifra de muertos que debería hacer reflexionar a cualquier país medianamente civilizado y ya comienzo a tener mis serias dudas de que los Estados Unidos lo sea. Un país civilizado debería tener, como pilar fundamental, la protección de las vidas de sus ciudadanos y la segunda enmienda de su constitución va contra ese pilar fundamental.
Asistimos como los Estados Unidos se gastan millones de dólares en combatir el terrorismo extranjero, poniendo trabas a los inmigrantes de países supuestamente terroristas, Libia, Somalia, Siria, Irán, Sudán, Yemen e Irak, sin percatarse de que los terroristas están en su propia casa.
¿Se imaginan ustedes que el terrorismo extranjero matase a 33.000 personas cada año en los EEUU?
Sería el problema nacional más grave de todos los tiempos y se pondrían todos los medios disponibles para acabar con esa tragedia. Sin embargo, los muertos de casa por las armas de fuego están sobre las calles cada año y nadie hace nada. Solo se escudan en la segunda enmienda y miran hacia otro lado.
Los atentados del 11 de septiembre, el más sangriento ocurrido en los EEUU, dejó 2.992 muertos. No he hecho el cálculo, pero estoy seguro que en el año 2001 la cifra de muertos por armas de fuego en los EEUU se multiplicaría por cinco.
Con esto quiero decir que los muertos son muertos, vengan de donde vengan, víctimas, al fin y al cabo, de la sinrazón, de la locura de la violencia que deja a muchas familias sin sus seres queridos.
Quizás si pusieran el mismo empeño que ponen para combatir el terrorismo internacional, lo pusieran para regular y controlar las armas de fuego, esa cifra escandalosa de muertes se reduciría de forma considerable. De eso estoy más que seguro.
Tengo la suerte de vivir en un país, España, en que la posesión de armas está muy controlada, tanto, que para tener una licencia de armas, tienes que pasar unos controles muy exhaustivos y, en muchos, casos te la deniegan.
Lo cierto es que los EEUU tiene un problema muy serio con las armas de fuego y son ellos, sus gentes, las que tienen que resolverlo.
¿A qué están esperando? ¿A otra matanza de cientos de muertos inocentes?
Fuentes de información: El País y BBC
Fuente de la imagen: El País y Pixabay