16 abril 2014

Primavera


Llegó la primavera y recibió la llamada. Montó el cinturón de explosivos. Después se fue a la estación de Atocha. Sentía el peso de la dinamita en su pecho. Miró su reloj. Las diez y diez era la hora prevista. Se sentó en el centro de la estación. Se le acercó una niña de apenas tres años, le cogió la mano y le sonrió. Le recordó a su hija Zaya. Ya no recordaba su sonrisa. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que la asesinaron? Se levantó, salió y pensó que la hora de la venganza había pasado.