La ultraderecha ha llegado de la mano de Vox, bueno, siempre ha estado aquí, pero está vez está asomando la patita y lo hace como siempre lo hace; tirando del manual más rancio y podrido que tiene a mano, siguiendo al pie de la letra el manual del nazi Göbbels, que se basaba en que «una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad»
Vox no hace otra cosa que eso, decir una y mil veces mentiras tras mentiras, para que parezcan que forman parte de la realidad, de un constructo paranoico, en el que algunos sectores de esta sociedad avanzada son sus enemigos y tenemos que ir a por ellos.
La ultraderecha ha creado un mundo paralelo, construido con fundamentos falsos y están haciendo lo imposible para darle visos de realidad, pero lo cierto es que ese mundo no existe, es inventado.
Así los de Vox hablan que existe una ideología de género que campa a sus anchas por el estado español y que está financiada por lobbies internacionales, pero lo que ellos quieren es poner freno a todos los avances y conquistas sociales que tienen que ver con el género y que han hecho este país más grande y más solidario. Quieren borrar del mapa los avances que suponen las leyes que protegen a la mujer y al colectivo LGTBI.
Pero no se quedan ahí, van más allá y siguiendo la estela de Trump, Le Pen y Salvini, reconstruyen un mensaje xenófobo, manifestando que existen hordas de inmigrantes que están esperando para invadirnos, destruir la sociedad tal y como la conocemos y traernos las siete plagas bíblicas, además de aumentar exponencialmente los índices de delincuencia. La Cruz Roja lo tiene claro y desmiente todas estas mentiras.
Vox no hace otra cosa que eso, decir una y mil veces mentiras tras mentiras, para que parezcan que forman parte de la realidad, de un constructo paranoico, en el que algunos sectores de esta sociedad avanzada son sus enemigos y tenemos que ir a por ellos.
La ultraderecha ha creado un mundo paralelo, construido con fundamentos falsos y están haciendo lo imposible para darle visos de realidad, pero lo cierto es que ese mundo no existe, es inventado.
Así los de Vox hablan que existe una ideología de género que campa a sus anchas por el estado español y que está financiada por lobbies internacionales, pero lo que ellos quieren es poner freno a todos los avances y conquistas sociales que tienen que ver con el género y que han hecho este país más grande y más solidario. Quieren borrar del mapa los avances que suponen las leyes que protegen a la mujer y al colectivo LGTBI.
Pero no se quedan ahí, van más allá y siguiendo la estela de Trump, Le Pen y Salvini, reconstruyen un mensaje xenófobo, manifestando que existen hordas de inmigrantes que están esperando para invadirnos, destruir la sociedad tal y como la conocemos y traernos las siete plagas bíblicas, además de aumentar exponencialmente los índices de delincuencia. La Cruz Roja lo tiene claro y desmiente todas estas mentiras.
Fuente
Después se meten con las autonomías, buscando un estado centralizado y eliminando de un plumazo el estado de las autonomías, cuando la estructura autonómica se ha manifestado como una de las herramientas más cercanas al ciudadano, que necesitaría ciertos ajustes para aumentar su eficacia. Sin embargo, lo incongruente de Vox es que está en contra de las autonomías, pero se presenta para formar parte de ellas, quizás con el único objetivo de convertirse en un ente infeccioso que no tenga otro objetivo que contaminarlas y destruirlas.
No cabe duda de que Vox es una seria amenaza para las libertades y los avances sociales que tanto nos ha costado alcanzar, esta ultraderecha no tiene otro objetivo que meternos, de nuevo, en una cueva, cerrar la puerta y tirar la llave.
Hoy más que nunca es necesaria la lectura detallada, la reflexión, la discusión y la lucha pacífica, y que nuestro voto se convierta en la herramienta más eficaz para pararle los pies a la ultraderecha que solo quieren un país en el que solo caben ellos y sus adláteres.
No cabe duda de que Vox es una seria amenaza para las libertades y los avances sociales que tanto nos ha costado alcanzar, esta ultraderecha no tiene otro objetivo que meternos, de nuevo, en una cueva, cerrar la puerta y tirar la llave.
Hoy más que nunca es necesaria la lectura detallada, la reflexión, la discusión y la lucha pacífica, y que nuestro voto se convierta en la herramienta más eficaz para pararle los pies a la ultraderecha que solo quieren un país en el que solo caben ellos y sus adláteres.
