16 agosto 2019

El bosque de Chernóbil


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La semana pasada terminé de ver la serie documental Nuestro planeta en Netflix. Un documental que nos relata de las maravillas de nuestro planeta, pero también no habla de cómo estamos acabando con él, si no tomamos medidas drásticas e inmediatas.
Fuente: Netflix
El último capítulo de este documental está dedicado a los bosques que están por el mundo, de lo importante que son para nosotros y que están en serio peligro. En la última parte de este capítulo se habla de Chernóbil y de la destrucción que supuso aquel desastre medioambiental que ocurrió el 25 de abril de 1986. La contaminación radiactiva fue tan brutal que acabó con la vida en el entorno de la central y se extendió a 120 kilómetros a su alrededor.
Por esta razón se evacuó a toda la población humana, se construyó el sarcófago de hormigón que cerró el reactor principal y hace 33 años que ningún humano vive allí. Lo abandonaron todo y dejaron a la naturaleza que resolviera su supervivencia en la zona.
La naturaleza tomó partido y comenzó a luchar contra el desastre que habían producido los hombres, se fue adaptando a las condiciones del medio y, al día de hoy, la zona de exclusión de Chernóbil es un gran bosque en el que la vida está por todos lados. Han vuelto los lobos, el caballo Przewalski, que estuvo al borde de la extensión, águilas, halcones, búhos, jabalíes, bisontes, ardillas y más de 400 especies de vertebrados y millares de plantas que han dado vida aun extraordinario bosque.
Esto demuestra que la naturaleza tiene una capacidad de recuperación increíble, que si la dejamos, es capaz de recuperarse hasta en las condiciones más extremas como las de Chernóbil, porque la naturaleza lleva en esta tierra millones de años y sabe cómo actuar para sobreponerse al peor de los desastres.
Entonces debemos tomar nota. Todo no está perdido. Debemos darle espacio a la naturaleza para que nuestro planeta se haga más sostenible y nos permita vivir a nosotros y las sociedades futuras. No hay otro camino.