16 febrero 2016

¿Qué he visto? Si la cosa funciona versión de Luis Colomina


El pasado domingo fui al teatro Cuyás a ver «Si la cosa funciona», una versión de Luis Colomina del texto de Woody Allen y dirigida por Alberto Catrillo-Ferrer. 
Tengo que decir que, quizás, fui el único que no se rio la tarde-noche del domingo, aunque, por lo que oí en el teatro, el público se lo pasó genial y eso, en definitiva, es lo que importa para los que asistieron al teatro porque venían a eso, morirse de la risa, entregados en cuerpo y alma a los gags que soltaban, a diestro y siniestro, los actores. 
Para mí el humor es una cosa muy seria, tanto, que hay hilar muy fino para no caer en el chiste facilón y eso es lo que a mí me pareció que ocurrió la pasada noche.
Porque después de haber visto la versión cinematográfica del genio Woody Allen e interpretada de manera magistral por los actores Larry David, Evan Rachel Wood y Patricia Clarkson, te preguntas casi gritando ¡¿Pero esto qué esssss!?
Sí, lo reconozco, quizás venía ultra contaminado y no pude quitarme de la cabeza la versión de Allen; lo pasé mal en el teatro y eso no me gusta.

LA PUESTA EN ESCENA

De la puesta en escena poco que decir, lo suficiente para poner sobre el escenario los elementos necesarios para conseguir el objetivo de la obra, combinado con algunos elementos audiovisuales que ayudaban a seguir el argumento global de la obra.

LOS ACTORES

José Luis Gil interpreta a Boris y estuvo en su línea. Un actor con muchas tablas y eso se nota en el escenario, pero al que le es muy complicado desprenderse de algunos tics de su interpretación televisiva y que, en este caso, lastraba su interpretación de Boris. 
Ana Ruiz interpretó a Melody y lo hizo sin salirse del guión que le propusieron y para mi gusto se le fue un poquito la mano en la interpretación de la chica tonta del sur. 
Rocío Calvo hizo de Marieta, la madre de Melody y no me gustó su interpretación porque me pareció que, en muchos momentos, sobreactuaba, parecía una vieja histérica, quizás llevada por las necesidades del guión y que, para mi gusto, se alejaba mucho del personaje que creó Allen.
Ricardo Joven y Beatriz Santana estuvieron a la altura e interpretaron bien sus papeles.

LA DIRECCIÓN

Si el objetivo de Alberto Catrillo-Ferrer era que el teatro se viniera abajo partiéndose de la risa, lo consiguió, porque no podemos ir más allá.
Lo que sí eché de menos fue un poco de contención de los personajes secundarios que, en momentos determinados, parecían sobreactuar y que su único objetivo interpretativo era potenciar el planteamiento hilarante de la obra.

EL TEXTO

La adaptación del texto de Allen por parte de Luis Colomina no me termina de convencer, porque entiendo que se aleja del objetivo que pretendía Woody Allen, que no era hacer una comedia para partirse de risa, sino una comedia mordaz, con un humor negro y fino que escondía una crítica a la sociedad de la época.

SINOPSIS

Boris, un misántropo malhumorado que se considera un genio, conoce por casualidad a una mujer treinta años menor que él. Comienza entonces un romance de lo más particular, ya que él actúa, además, como Pigmalión de la joven.
Pronto aparece la madre de ella, una mujer de provincias que quiere triunfar en la gran ciudad. Después el padre, que necesita reconocer sus verdaderas pasiones amorosas. Boris tiene que intentar adaptarse a su nueva vida, teniendo en cuenta el alto concepto que tiene de sí mismo y su opinión más bien negativa sobre el resto de la humanidad.
No va a ser fácil.

FICHA ARTÍSTICA Y TÉCNICA

Versión teatral del guión de Woody Allen
Adaptación: Luis Colomina
Dirección: Alberto Castrillo-Ferrer
Reparto: José Luis Gil, Ana Ruiz, Rocío Calvo, Ricardo Joven y Beatriz Santana.