29 abril 2011

El lunes te podrás descargar (gratis) mi libro: Ali Romero. La historia de un Corsario Berberisco

Hoy viernes 29/4/11 se presenta mi nueva novela, Ali Romero. La historia de un Corsario Berberisco en la Feria del Libro de Las Palmas de Gran Canaria, a eso de las 20.30 horas. El lunes te podrás descargar gratis la versión digital.

25 abril 2011

¿Qué he leído? Sentados de Santiago Gil

Esta Semana Santa me acerqué, por primera vez, a una novela de Santiago Gil. Me gustó la forma que tiene de contar, con una prosa cercana, directa, sencilla y alejada de fuegos artificiales. Desde el punto de vista de la forma, el planteamiento de novela me pareció interesante, sobre todo la utilización de los diarios personales para mostrar la visión distinta de la realidad que vivían los personajes que es como la vida misma; cada uno ve el mundo desde  su particular prisma. Pero tengo que reconocer que me perdí con el argumento, que aunque parecía sencillo en un primer término, tenía un nudo interno que no llegué a  entender, quizás por la visión particular del mundo tenían los protagonistas. Cuando pensaba que tenía cogido el hilo, Ana o Anselmo se encargaban de dejarme fuera de juego, quizás ahí estaba la cuestión.
Por último, la editorial debería de esforzarse, quizás un poco más, por limar detalles de carácter tipográfico que afean el producto final, que son de fácil arreglo y que ya he visto en otros textos del mismo sello.

23 abril 2011

Todo quedará atrás

Cuando se dio cuenta, estaba caminando por la circunvalación en dirección al inmenso puente que volaba sobre el barranco de Guiniguada. La decisión ya estaba tomada, ya no había vuelta atrás. Sus piernas iban ligeras, parecía que levitaba, queriendo acabar con aquello lo antes posible. Pero su cerebro buscaba razones para permanecer, para la supervivencia, suplicando que el asfalto se convirtiera en arenas movedizas y que le impidieran llegar al puente. Pero había que seguir adelante.

Lo había dejado todo escrito, todo ordenado, ¿cómo iba a dejarlo, si no? Ella que siempre fue así, como quería todo el mundo que fuera, una mujer de su casa, una perfecta esposa y una maravillosa madre. Un hermoso embalaje que envolvía a un ser que se estaba pudriendo por dentro. No, -pensó- no había otra salida. Y si la había, ella no quería tomarla.

Llegó al puente, sacó su reproductor mp3 con el que caminaba más de una hora todos los días, para olvidarse del mundo por unas horas y quemar el hastío y la tristeza que le salían por cada poro de su piel. Lo encendió y comenzó a escuchar Yesterday, sí, Yesterday, una canción perfecta para ella, para su final, para su muerte. Se subió al puente no sin dificultad. Los automovilistas tocaban la pita como creyendo que, su sonido estridente, era una red salvadora, pero no lo era, ella no los oía, solo escuchaba a Sinatra, a su voz cautivadora, a nadie más. Y saltó al vacío. Sintió el aire frío en su cara y como la fuerza de la gravedad la llevaba hasta el fondo del barranco, a romperse la cabeza en mil pedazos contra la piedras sin remedio. Cerró los ojos y pensó en sus hijos, en su madre, en su primer amor, en todos los que fueron, en todos los que no. Después solo oscuridad. Pero al llegar al final, una fuerza incontrolable la elevó hacia lo más alto del cielo. Estoy volando -se dijo- volando. Entonces, lo comprendió, estaba soñando, porque solo se volaba en sueños.

Al despertar se sentó en el borde de la cama y recordó que hacía muchos años que no soñaba con volar, desde que era un niña. Soñar con volar la hacía feliz. Buscó el significado para aquel sueño y lo encontró.

Vio amanecer y después se fue, dejando una pequeña nota a sus hijas y a su marido; tenía que volar.

21 abril 2011

¿Qué estoy leyendo? Sentados de Santiago Gil y Mientras Escribo de Stephen King




Ficha Técnica
Nº páginas: 320 pags 
Lengua: CASTELLANO 
Año de edición:2003



Acompañado de la impresionante narrativa de Truman Capote y de las acertadas y curiosas notas del maestro Stephen King, me acerco por primera vez a un libro de Santiago. Lo hago, lo reconozco, con un prejuicio positivo, porque todo lo que he leído de Santiago me ha gustado, sobre todo sus artículos y las entradas de su blog; nunca me han dejado indiferente. Ya les contaré como me va la aventura de leer tres libros a la vez, (cosa que puedo hacer porque uno es de relatos, otro de experiencias y  otro una novela) aunque en este caso, la prioridad absoluta la tiene Santiago, por cercanía y respeto. Y es que la semana santa da para mucho.

17 abril 2011

¿Qué estoy leyendo? Los cuentos completos de Truman Capote

¿Qué he leído? El Poder del Perro de Don Winslow

Una novela interesante y entretenida, en la que, de una forma cruda y real, te muestra la cara oculta de los cárteles de la droga en México y la implicación de los gobiernos en toda la trama de corrupción. La recomiendo.

12 abril 2011

La ilusión

Ella lo sabía; era hermosa y estaba para comérsela y despacito. Los hombres se paraban a mirarla sin rubor, llevados por el instinto ancestral de poseer lo bello y perpetuar la especie. Las mujeres intentaban comprender de dónde salía tanta hermosura, deseando comprar algunas horas de su perfección. Desde el día que la vi, la deseé furtivamente, con el anhelo oculto de poseerla, tener en mis manos cada centímetro de su cuerpo, sentir el embrujo de su belleza y el roce cálido de sus labios bañados en carmín. 

Perseguía su sombra por los rincones por donde ella pasaba, intentando recoger la estela invisible de su perfume, y retenerlo, como un tesoro en mi cerebro y volver a recuperarlo en la oscuridad de la noche, cual avaro, para tirarme al abismo del placer solitario. 
En una ocasión se detuvo a mirarme y me sonrió. No supe como reaccionar. Me quedé petrificado, viendo como se alejaba calle abajo, mientras yo recogía las ruinas de su sonrisa con mis manos e intentaba controlar el ardor de mi pasión palpitando en mi entrepierna.
Algunos días más tarde, la encontré después de salir de una tienda de alta costura. Me acerqué, ella me reconoció y me sonrió. Yo me tiré al precipicio y le dije: 

-Me encantaría invitarte a cenar.

Ella me miró de aquella forma que jamás olvidaré y me sentí como un perro desvalido que atraviesa la autopista en plena noche, en un día frío y lluvioso. Sólo y sin ella.
Ahí comencé a comprender el inmenso desierto que había entre ella y yo. Intenté olvidarla, pero no pude. Aún hoy, la persigo a hurtadillas, ocultándome en las sombras como un miserable para beber un poco de su belleza y calmar la sed de mi concupiscencia.

07 abril 2011

La última vía

Para ella todo había acabado, la mierda le había cubierto hasta los ojos y nunca supo muy bien por qué. La vida se le había ido complicando, a poquitos, sin darse cuenta, hasta que se vio sin salida. Ahora, sentada en una vieja caja de frutas, se preparaba el chute de aquella porquería que siempre la hacia volar y que, puta paradoja, era lo único que la ayudaba a escapar. Volar hacia arriba, muy alto, abrir los brazos, sentirse princesa, reina del mundo y ligera como una pluma, hermosa y virginal. Luego caía sin remedio, su mundo volvía a ser el puto mundo cruel que le había tocado vivir, sin esperanza y sin futuro. Pero no le importaba la caída, ni la esperanza ni el futuro, nunca le importó partirse la crisma después de un buen viaje, para ella valía la pena, porque no tenía otra salida, nunca la tuvo o si la tuvo, la pasó de largo cabalgando en su caballo gris. 
Buscó una vena donde pincharse, ya casi no le quedaban y encontró una, en el tobillo derecho, la última vía. Cogió a la dama blanca, la puso en la cucharilla y pensó “mucha manteca para este viaje”. Pero le dio igual y siguió con el ritual maldito que la elevaba a los cielos. Volvió a volar, pero esta vez se sintió diferente, tanto, que se vio así misma tumbada cerca de la chabola de cartón y contrachapado, con la jeringa, de mil usos, colgando del tobillo, como si fuera un apéndice más de su cuerpo. 
Al poco, oyó la voz de su padre que la llamaba, se giró y allí estaba al final de un camino de luz. También pudo reconocer a su hermano, que estaba igual que cuando se fue y a sus abuelos tampoco habían cambiado. Caminó hacia la luz; por fin todo había acabado.