02 febrero 2019

Me siento y respiro

Fotografía sacada con un teléfono móvil Acer Liquid Z630
Te metes dentro de mí sin darme cuenta,
jugando con la inconsciencia de esto que llaman estar vivo,
y cuando respiro, ya estás ahí,
acurrucada en mi estómago,
comiéndome por dentro,
alimentándote de cada aliento que sale de mi ser.
Luego te escondes, te camuflas y desapareces,
no te encuentro y casi no noto tu presencia,
pero sé que estás ahí, esperando a que me duerma,
para volver a sentarte a mi mesa
porque quieres tu ración de mi existencia.
Yo respiro porque sé que no te gusta que respire,
que no te gusta que sea consciente del ahora,
y que no piense en el pasado ni en sus aguas de molinos
ni el futuro ni en sus entelequias de estrellas,
y yo respiro, una y otra vez respiro,
tú te incomodas, te revuelves,
porque sientes el veneno que te aniquila,
entonces, escapas por mi boca
y siento la podredumbre de tu piel
que has dejado en mi alma.
Sonríes, ya lo sé, volverás a buscarme,
cuando esté martilleándo en yunque de la locura,
cogerás el martillo y golpearás con fuerza,
para que no oiga el reptar de tu inmundicia,
que no sienta el siseo de tu lengua bífida,
ni el roce de tu piel fría en mi boca.
Yo espero y respiro.