17 diciembre 2018

El código del humor


Yo soy de los que piensa que el humor debería de tener los límites que considere la persona que lo práctica; ni más ni menos, porque si comenzamos a ponerle límites al humor, algo se está pudriendo en nuestra sociedad, porque el humor, en su multitud de facetas, es un signo de salud de una sociedad.
Traigo esto a colación por la que se ha montado con el humorista Dani Mateo, después de sonarse en una bandera española, en uno de sus múltiples «sketch» en el programa El Intermedio.
Está claro que a uno le puede gustar, más o menos, esa parodia, pero no nos podemos olvidar que es una parodia, que se enmarca en la ficción y, por tanto, nada tiene que ver con la realidad, ya que su estructura, desde su génesis, es ficticia.
Tampoco podemos olvidar el contexto, que no es otro que el programa El Intermedio, que es un programa de humor. Por tanto, todo lo que se produce en ese programa está relacionado con el humor y que hace una lectura cómica de la realidad que estamos viviendo en España y en el mundo.
Es por ello por lo que no debemos olvidar este detalle, que es muy importante, porque muchos hacen una lectura errónea de lo que ven o de lo que escuchan, sin tener en cuenta el contexto.
No es lo mismo que un presentador de un telenoticias nacional se suene en una bandera en la hora punta del informativo (nadie lo espera), que lo haga un presentador de un programa de humor como El Intermedio porque todo el mundo sabe que es posible que eso ocurra, porque el contexto nos enmarca en un código que todos conocemos y ese código nos pone en sintonía con lo que estamos viendo.
Lo que está pasando con Dani Mateo y su «sketch» es que muchos están rompiendo el código que nos da el contexto y lo transforman en un código de realidad que nada tiene que ver con el humor.
Y los que rompen ese código, saben que lo están rompiendo y convierten una parodia en una realidad, porque les interesa a nivel político y social.

Fuente de las imágenes: La sexta.com