24 febrero 2011

Por fin llego el Carnaval

Se miró al espejo. Había hecho un buen trabajo. El rimel negrísimo en las pestañas, el colorete adecuado en las mejillas, el carmín rojo intenso en los labios, las lentillas azul marino, el traje azabache entallado, las medias negras, los ligueros rojos, la ropa interior a juego y los zapatos de aguja de ocho centímetros de tacón. Por unos días dejaba atrás a esa persona que nunca quiso ser y que guardaba en el armario, para sacar a la mujer que llevaba dentro. Por fin había llegado el carnaval.