17 octubre 2006

Mi hijo Aarón


Aarón de Jesús, mas conocido, por Aarón el buena pieza, es mi hijo, que vino al mundo allá por el mes de junio de 2002; dicen que es niño de verano, que si lo juntamos con que es Géminis, pues tenemos una combinación explosiva, porque no para quieto. Alguien me dijo una vez que “hijo de gato, caza ratones”, y es que, según mi madre, yo, cuando era pequeñito, era igual de travieso.

Y esto de no parar quieto lo manifestó desde muy pequeño, ya que desde los primeros instantes de vida, cuando estaba en la sala de los neonatos, envuelto en su linda mantita del Materno Infantil, no tardó demasiado en quitársela de encima, como si le molestara tanto trapo y buscará un poquito de fresquito. He de decirles que aún hoy, cuando lo arropo por la noche, se quita la manta de encima; es que es un chico de verano, esta claro.

Pero mi pequeño Aarón vino a este mundo con dificultades, porque los sesudos médicos que atendieron a su madre en el parto, tardaron más de la cuenta, esperando que naciera por sus propios medios. Pero resultó que no, que su madre tenía muchas dificultades para dar a luz, y como consecuencia de todo esto, las pulsaciones del pequeño Aarón comenzaron a bajar, el término técnico es, bradicardia.

Pues con este panorama, todo el cuadro médico de guardia, corrieron como alma que lleva el diablo, para hacer la cesárea a la madre. Al final vino al mundo con una mascarilla de oxigeno para que no sufriera problemas cerebrales irreversibles y salió vencedor de su primera batalla de esta guerra que es la vida.

Y yo, lo reconozco, pasé la hora más angustiosa de mi vida, porque cabía la posibilidad de que no saliera con vida de la sala de partos o que saliera con alguna que otra secuela, pero al final, y como ya dije, salió todo bien, porque es un chico muy fuerte y presentó mucha batalla, porque sin duda quería nacer y dar mucha guerra, y lo juro, la esta dando.

Tengo que decir que esa hora me pasó factura y me hirió en lo mas hondo de mi corazón, y con el paso del tiempo se fue manifestando con muchos miedos y temores que poco a poco he ido superando, pensando que la vida, se abre paso, como un torrente que busca irremediablemente el mar. Y Aarón es un torrente, mi torrente, mi terremoto y mi vida.

Muchas veces me he preguntado que es el amor, lo tengo claro, el amor es Aarón, porque sin duda daría la vida por él, no dudaría un instante en cambiar mi vida por la de él, como harían muchos padres.

Hoy por hoy, disfruto de cada instante que estoy con el, luchando con mis miedos y temores, que siguen ocultos, y de vez en cuando se manifiestan sin yo llamarlos pero que con el tiempo, voy sumando estrategias para vencerlos.