Desde que empecé con
esto de la escritura, siempre me he autopublicado y lo seguiré
haciendo. Nunca he enviado mis manuscritos a ninguna editorial y,
creo que nunca lo haré, porque no me gusta perder mi tiempo ni mi
dinero.
Hoy por hoy, tal y como
están las cosas en el mundo editorial, la autogestión literaria es
una salida digna para los que nos pasamos muchas horas de nuestra
vida escribiendo. Eso significa mucho sacrificio, sí, lo sé y que
te conviertes en tu propio gestor editorial, pero también eres dueño
de tu tiempo y de tus obras. Lo más importante de esta vía es que
nadie te chupará la sangre con el trabajo de años.
Si miramos a nuestro
alrededor, pululan las editoriales garrapatas que solo buscan
sacarte el dinero para ver tu libro impreso y que solo buscan eso,
los mil quinientos euros por publicarla y luego, si te vi no me
acuerdo y tu novela se pudrirá en el cementerio de los escritores
estafados.
En el presente y con la
multitud de plataformas que existen para publicar, podemos pasar de
las editoriales e intentar publicar nuestros libros por nuestra
cuenta y riesgo.
Pero la autogestión
literaria tiene sus riesgos y no vale coger tu obra y subirla a
cualquier portal y a ver que pasa, no. Si crees que tienes un
material que merece ser leído, preocupate que lo lean por no menos
de cinco personas independientes y si son más, mejor que mejor. Sé
humilde y escucha; siempre tenemos algo que aprender y que corregir.
Si la mayoría te dice que el libro no vale la pena, no lo publiques.
Pocas veces cinco lectores independientes se equivocan. Si puedes
permitírtelo, envía tu original a un corrector de estilo, seguro
que tu obra ganará enteros.
Luego realiza una portada
que esté a la altura de tu obra; hay profesionales que te las
realizan por un módico precio.
No te olvides del precio,
tiene que ser competitivo. Recuerda que te estás haciendo un hueco
en este mundo y que la competencia es brutal.
Después viene el trabajo
de promocionarla, día a día, en las diferentes redes sociales para
darla a conocer y que sea, por lo menos, tenida en cuenta.
Los autores
independientes estamos haciendo tambalear al mundo editorial porque
hemos aprendido que también nosotros sabemos publicar nuestros
libros. Te dirán que si la calidad literaria está por los suelos,
que si esto y que si lo otro, bla, bla, bla. Ahora son los lectores
los que tienen la última palabra, no las editoriales. Está en juego
una parte del pastel que hasta ahora solo se podían comer unos
pocos. A mí me encanta quedarme con el trocito de mi tarta porque
,simplemente, yo me lo he cocinado.
Entonces, ¿escribes?
Ahora es tu turno, ¿a qué estás esperando?