04 junio 2009

Te perdí

Cuando te vi entrar, yo viajaba entre los versos de veinte poemas de amor y una canción desesperada, levanté la cabeza y nuestras miradas se cruzaron en un instante. Me volví a sumergir en los cálidos poemas de Neruda, teniendo, ya, grabado el verde de tus ojos en mi alma. Te acercaste hasta mí y te sentaste a mi lado. Volví a levantar la cabeza, abandonando de nuevo los versos de Neftalí, me encontré con tu sonrisa, con aquel arrebatador cuerpo que jugaba a esconderse debajo de un hermoso traje de lino blanco, me dijiste hola y yo no supe que decir, sólo quería admirar tu belleza, volviste a insistir, hola, pero ya estaba perdido en el abismo de tu hermosura. Alguien tocó el timbre, tenía que bajarme en la siguiente parada de la guagua. Me levanté, te miré, me sonreíste y te perdí para siempre.