20 mayo 2019

Carricoches de cojinetes


Fuente
Hace ya mucho tiempo. Sí, estábamos a las puertas de la pre-adolescencia y las gentes de los barrios periféricos teníamos que buscarnos la vida para divertirnos, porque nuestros juguetes eran escasos y teníamos que tirar de imaginación para construirlos.
Uno de esos juguetes eran los carricoches de cojinetes, que construíamos con una madera que encontrábamos en la basura. La madera no tenía que ser muy grande, pero sí con el largo y ancho suficiente para que pudiésemos estar sentados de forma cómoda.

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Luego había que buscar los cojinetes (las ruedas de nuestro carricoche) y para ello nos recorríamos todos los talleres de mecánica de Escaleritas y Schamann, que casi siempre tenían alguno que ya no les era útil y nos lo regalaban.

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Después buscábamos los listones para encajar los cojinetes, para hacer las ruedas de atrás y las de delante, que incluía la dirección asistida (por una cuerda), buscando que quedaran bien anclados al tablero, porque alguna vez salían volando cuando alcanzábamos la velocidad de crucero y terminábamos rodando por el suelo.

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Otros eran más atrevidos y hacían un super carricoche y sin pensarlo mucho, cogían una puerta vieja, le colocaban las maderas con los cojinetes y a volar con ella.
Y no faltaban las competiciones que realizábamos en cualquier carretera del barrio, que tuviera el suficiente desnivel para salir disparados hacia abajo en busca de la máxima velocidad y de la máxima felicidad.
Así pasábamos nuestra infancia y sí, lo pasábamos de maravilla.

19 mayo 2019

What have I seen on Netflix? Colony, first season

OPINION
I like science fiction films and series as long as they are well made and their plot is plausible. This is the case of the Colony series which has enough wickers to keep you sitting in front of the television with expectation.
The main plot is simple and that everyone understands and is none other than to survive in a land colonized by an extraterrestrial civilization that uses humans themselves to control their fellow humans.
I like that the main plot is that, the main plot, and that the subplots, which have them, do not overlap the plot that gives body to the series, because sometimes the subplots end up ruining the series, as for example, Travellers.
You have to bear in mind that Colony has a very slow start, so much so that I was about to leave it. However, in the second chapter he begins to warm up engines and put you in situation, until he ended up hooking me, not only for having an attractive argument, but the actors are at a good level.

Video source: Youtube

In short, it is an interesting series, with the right ingredients to spend the nights enjoying a science fiction cinema of a certain quality.

TECHNICAL DATA SHEET
Production Broadcasted by USA Network; Legendary Television: / Universal Cable Productions / MELS.
Leadership: Juan José Campanella
Script: Carlton Cuse and Ryan J. Condal.
Date: 2016.
Cast: Josh Holloway, Sarah Wayne Callies, Peter Jacobson.
Chapter length: 45 min, approximately.

SYNOPSIS
An alien civilization has colonized the earth and forcibly subjugate humans and use them to monitor and control their fellow humans. Some, the resistance, begin to organize themselves to confront them and others end up collaborating to survive.

17 mayo 2019

Feet in the garden

Source: own
There were the feet, only the feet of a sculpture that was and that time eroded until it was reduced to almost dust and, thinking about it, perhaps it is a metaphor of our own life that, little by little, is deteriorating until we become pure organic matter.
When these feet, appearing in one of the flowerbeds of a friend's garden, I thought that there was hidden a sculpture, I removed the branches of a chiflera with interest, but what a surprise to find only my feet. I admit that the image impressed me and for that reason I didn't hesitate to photograph them, wondering why my friend kept them there.
I never asked her and I know that, with time, they will also be reduced to dust.

16 mayo 2019

El Pino de Pilancones


Fuente: propia
El pasado jueves estuve en la presentación del libro En femenino y en plural de las autoras Alicia Verona, Carmen Mari Santana y Paqui Domínguez. Una vez finalizado el acto, me percaté que había una especie de escultura que parecía una rodaja de un árbol, que debía de ser muy antiguo, porque era bastante grande.
Me levanté, me acerqué y cuál fue mi sorpresa cuando leí en el granito que lo sustentaba, «Pilancones». Entonces lo recordé, aquella rodaja arbórea era del famoso Pino de Pilancones, el pino centenario que según los expertos tenía 550 años y que para rodearlo hacían falta cinco personas.
Entonces rememoré mis días de caminante por las cumbres de Gran Canaria, dos años que no olvidaré y en los que me recorrí, prácticamente, casi toda la isla a pie.
En una de estas rutas que iba desde Las Mesas hasta Maspalomas, pasando por el llamado Camino de Santiago, la ruta pasaba por el Pino de Pilancones y no podías hacer otra cosa que pararte a contemplar su majestuosidad porque era el pino más grande que había en la isla de Gran Canaria.

Fuente
Sin embargo, la mano del hombre, el tiempo y los incendios acabaron con su majestuosa vida, quedando solo algunos recuerdos como el que está en el Cabildo de Gran Canaria.

Fuente
Me gustó mucho ver parte de su recuerdo ahí, para recordarnos lo inmenso que fue y para no olvidar que esta isla hubo un pino centenario.

15 mayo 2019

Lost

Many times we find ourselves among many people and that is the moment when we find ourselves most lost, without knowing very well where we are going and we just want to find a helping hand to guide us and not give security.
And these sculptures, for me, reflect that feeling that sometimes becomes distressing, sculptures that seem to go from one side to the other and all of them to their own, perhaps, a faithful reflection of what is happening today in our societies, that we are more connected than ever, but at the same time, more alone than ever.
These sculptures are part of the Atlantic Museum of Lanzarote which has the particularity of being under water.

14 mayo 2019

La tirolina

Tendría yo nueve o diez años, no lo recuerdo bien, pero si recuerdo, a la perfección, cuando hicimos la tirolina en el barranco que estaba detrás de Los Galgos que, con los años, fue ocupado por un centro comercial que fue medio fracaso hasta que llegó una cadena de supermercados y le dio otra vida a la instalación.
La idea de la tirolina se nos ocurrió porque encontramos un cable de acero que era muy largo, tanto, que llegaba desde los lindes del barranco, que era una de las aceras, y llegaba al muro que hacía de frontera entre el barranco y el canódromo.
No lo pensamos mucho, atamos el cable a la barandilla que hacía de límite entre la acera y el barranco y lo llevamos hacia el muro. Allí, con mucho esfuerzo, logramos hacer un agujero en el bloque para poder pasar el cable de acero y poder atarlo debidamente.
Cuando quedó atado, probamos la tirolina, pero sin saber cómo la íbamos a usar. A uno de los nuestros se le ocurrió que podíamos usar el volante de una bicicleta vieja para tirarnos hacia abajo. El primer valiente se tiró con el volante, pero cogió tanta velocidad que se pegó un buen trompazo, aunque logró amortiguarlo utilizando sus pies.
Entonces teníamos otro problema, esta vez relacionado con la seguridad. Así que volvimos a pensar y se nos ocurrió que podíamos poner al final, algunas gomas de coches (teníamos cerca una gasolinera que arreglaba neumáticos) y eso fue lo que hicimos.
Sin embargo, los trompazos seguían siendo considerables, hasta que uno de los amigos vino con un colchón viejo, le hicimos un agujero, pasamos el cable y lo sujetamos al muro con cuerdas y tachas. Así que, el binomio colchón y neumáticos funcionó casi a la perfección y nos lo pasamos muy bien tirándonos como locos barranco abajo.
Fuente del vídeo: Youtube
Pero nuestra felicidad duró poco, porque algún vecino preocupado llamó a la policía municipal y desmontó nuestro invento manifestándonos que lo que habíamos hecho era una locura y que podríamos haber tenido un accidente grave, pero eso nunca ocurrió.
Lo único cierto es que nosotros nos lo pasábamos muy bien con nuestra tirolina casera.