24 abril 2018

La bicicleta esperando el atardecer

La bicicleta esperando el atardecer en la playa de Las Canteras.
The bike waiting for the sunset at Las Canteras beach.

23 abril 2018

Gaviota hamburguesa

Esta gaviota de Hamburgo está tan acostumbrada a los humanos que estuve a escasos 60 cm y logré fotografiarla y sin inmutarse.
This Hamburg seagull is so accustomed to humans that I was barely 60 cm away and managed to photograph it and not to be disturbed.

22 abril 2018

Carta a papá

Papá, ayer soñé contigo y parecías tan real, como si no te hubieras ido hace ya más de cuarenta años. Cuando me desperté, tuve un desasosiego extraño porque ese sueño había sido tan verosímil, tan tangible... Allí, en el mundo de lo onírico, te miré a los ojos y te reconocí, me acariciaste, te acaricié, me llevaste de la mano, me protegiste de los peligros y me sonreíste. Pero todo era un sueño.
Después me levanté y fui a mi cartera a coger la vieja fotografía que siempre llevo conmigo, para no olvidarme que un día exististe, y te vi allí, en blanco y negro, cuando yo daba mis primeros pasos por el mundo y a ti la vida se te estaba empezando a escapar de las manos.
Estuve un rato observando la fotografía y pensé en cómo hubiera sido mi vida si no te hubieras muerto… ¿Todo hubiera sido diferente? Seguro que sí.
No me hubiera pasado ocho años de mi vida en un internado, esos años que tanto han marcado en mi vida. Esos años, los más importantes de la infancia, los hubiera pasado contigo, con mamá, con mis hermanos y mis amigos del barrio. No pudo ser.
Me habrías enseñado a montar en bicicleta, me habrías guiado por mis primeros pasos en la lectura y en la escritura, habrías jugado conmigo a mil juegos, habríamos ido a la playa a jugar en el mar, habríamos ido a ver las pegas, de nuestro Minerva, contra el Porteño o el Morales. ¡Cuántas cosas hubiéramos hecho juntos, papá!
Todo hubiera sido muy diferente.
Ahora te lo digo, papá, sin ti la vida ha sido un poco más dura, un poco más difícil y un poco más triste, pero siempre he tenido tu imagen de buena persona y del buen padre que siempre quisiste ser y que la vida te arrebató. Esa ha sido la estrella que siempre me ha guiado hasta llegar aquí, tu buena estrella siempre me ha acompañado y lo hará hasta el final de mis días.
Fuente de la imagen: propia.

21 abril 2018

El amanecer de un nuevo año

Comienza un nuevo año y con él un nuevo proyecto que llevar a cabo, nuevos caminos que recorrer y nuevos objetivos que alcanzar.

A new year begins and with it a new project to carry out, new paths to follow and new objectives to reach.


20 abril 2018

Escultura de la fuente de Higía en Hamburgo

Esta escultura está en el Ayuntamiento de Hamburgo y forma parte de un conjunto de esculturas de una fuente en honor a la diosa Higía diosa griega de la salud y la limpieza.

This sculpture is in Hamburg City Hall and is part of a collection of sculptures from a fountain in honour of the goddess Goddess Hygiene Greek goddess of health and cleanliness.

19 abril 2018

El diario de Marta. 6 de enero de 1997

Nota del autor: este diario me lo encontré hace algunos años en una casa abandonada, debajo de un mueble viejo. Cuando comencé a leerlo estuve a punto de dejarlo a medias y tirarlo a la basura, porque me parecía insulso, pero a medida que avanzaba, supe que su lectura me marcaría para siempre. Me he tomado la licencia de llamarlo «El diario de Marta» porque en ninguna parte aparece el nombre de la autora. Me he decidido a publicarlo en Steemit para que quede constancia, para siempre, de lo que en él se relata. Iré subiendo todo el diario poco a poco, hasta llegar al último día del diario. No quiero adelantar nada; solo diré que la policía tiene copia. 
6 de enero de 1997
No sé qué escribir. Podría empezar con «Querido diario», pero eso es una tontería como una casa. Yo es que no me esperaba este regalo. Un diario. Lo único que sé es que me levanté antes del amanecer, cuando aún las luces de sol del este no entraban por mi ventana, mientras oía a mis padres trastear en el salón esmerándose en colocar los regalos. Sé que les hace mucha ilusión, aunque saben, desde hace muchos años, que yo sé que ellos son los Reyes Magos. Lo supe desde los diez años. Sin embargo, a ellos no les importa y cada año se preocupan y se ocupan de no decirme qué me van a regalar. Recuerdo que un día les dije que no se preocuparan tanto, que me dieran el dinero, que yo me compraba mis propios regalos. ¡Para qué fue aquello! 
«Los regalos de Reyes son sagrados» 
Me dijo mi madre con un gesto de enfado, acompañado de la mirada asesina de mi padre.
Lo cierto es que los Reyes siempre me han llenado de ilusión y, tengo que reconocerlo, me gusta no tener ni idea sobre qué me van a regalar mis padres porque sé que serán buenos regalos. Ser hija única tiene sus ventajas.
Sin embargo, no me esperaba este regalo. ¿Un diario? ¿Para qué quiero yo un diario? Cuando desgarré el papel de regalo y leí la palabra diario en  letras doradas tuve la tentación de tirárselo a la cara a mis padres. Me contuve, porque sabía que después de esta mierda de regalo, vendrían los buenos. 
Así fue, porque mis padres siempre tienen en cuenta mis deseos y me están preguntando cuatro meses antes que qué quiero para el día de Reyes. 
Ellos sabían cuál era el regalo estrella y me lo regalaron el día Reyes. Un teléfono móvil. 
El Ericsson GA628. 
¡Guauuu! Cuando le quité el papel y vi la foto del teléfono en la caja, no pude contener la alegría. ¡Un teléfono móvil! El corazón se me iba a salir por la boca. Me temblaban las manos y casi lloraba de la alegría. Ese era, sin duda, el mejor regalo que me habían hecho jamás. Cuando lo tuve en las manos no sabía qué hacer con él. Estuve como una tonta admirándolo, como si hubiera encontrado el Santo Grial o algo parecido. Mi padre me dijo que habían pedido uno de color rojo (el rojo es mi color preferido), pero a la compañía telefónica solo le quedaban en amarillo. Una mierda de color que no me gusta nada de nada, aunque eso se quedará en un segundo plano, porque seré de las pocas de mi instituto que tendrá un teléfono móvil. 
Mi padre me hizo un resumen, para tontos, de cómo usarlo y enseguida le cogí el tranquillo. Siempre he sido muy espabilada para esto de las nuevas tecnologías. Sé que serán el futuro.
Por ahora tengo a pocos a los que llamar. Solo tengo en la agenda el teléfono de casa, el de los abuelos y los de mis tíos. También tengo el de Magdalena que cuando la llamé, desde mi Ericsson, no podía creérselo. Incluso me dijo que me lo estaba inventando. Esta tarde pasaré por su casa para enseñarselo. Se morirá de envidia. 
Bueno, querido diario, esto es todo por hoy. Espero tener algo que contarte algún día de estos.

Fuente de la imagen: propia

18 abril 2018

Perdido

La noche volvió a caer como todas las noches de invierno, fría y solitaria. Se cansó de contar las farolas que iluminaban las ramblas de aquella ciudad sin nombre. Se hizo un bocadillo con un poco de pan, que rellenó con algo de embutido rancio que había encontrado en un contenedor de basura de un supermercado cercano. Sacó toda la documentación que tenía: el DNI y un viejo pasaporte caducado. Miró por última vez el aspecto que tuvo, ya ni se reconocía. Cogió unas hojas de periódicos viejos y les prendió fuego con su mechero. Cuando las llamas estaban en su punto más álgido, echó a la pira su DNI y pasaporte. Agarró su bocadillo y se lo fue comiendo, observando cómo se quemaba el único hilo que lo mantenía atado a un mundo que había perdido.

Fuente de la imagen: propia