08 marzo 2018

The moon and the anchorite

An anchorite asked the moon about the roads she had yet to travel in her life. The moon wasn't surprised. It was not the first time a human spoke to her and she had never answered them. But, that scrawny old man, who only had a dirty loincloth, a staff and a dried pumpkin, seemed worthy of his answer. So he replied:

"I don't know about the ways of human life. I only understand of grow and wane, of go out and hide, of tides and of some eclipses. That's what I care and worry about. But for what it's worth, I once heard from a human sage, many years ago, that the paths you traveled were like books. You always end up learning something from them." 
The anchorite was satisfied with the answer. He understood what that wise man had said. He had learned a lot from the twenty years he had been in that lonely cave. So he got up, took his staff and dried pumpkin and went out to try to learn something about the roads he had yet to walk.



Photo source: own

07 marzo 2018

Antigua centralita de teléfono


La tecnología avanza día a día y lo que ayer era imposible, hoy nos parece de lo más cotidiano.

05 marzo 2018

El lagarto gigante de Gran Canaria


El lagarto gigante de Gran Canaria es una especie endémica de la isla de Gran Canaria y que está protegida por la ley.

04 marzo 2018

The clown


He always wanted to be a clown, to make people laugh, but at night, while he slept, the laughter escaped and he never recovered them again.

03 marzo 2018

Luna que vi y te veré



La Luna siempre está presente y nos observa desde su cenit, viendo el devenir de nuestras vida sin imutarse. Ella solo piensa cuando será su próximo eclipse lunar. Nada más y nada menos.

02 marzo 2018

La luna y el anacoreta


Un anacoreta le preguntó a la luna por los caminos que le quedaban por recorrer en su vida. La luna no se sorprendió porque no era la primera vez que un humano hablaba con ella y nunca les había contestado. Sin embargo, aquel viejo escuálido, que solo contaba con una taparrabos sucio, un cayado y una calabaza seca, le pareció digno de su respuesta. Así que le contestó:
-Yo no sé de los caminos de la vida de los humanos. Yo solo entiendo de crecer y menguar, de salir y ocultarme, del subir y el bajar de las mareas y algo de eclipses. De eso me ocupo y preocupo. Pero si te sirve de algo, oí una vez a un sabio humano, hace ya muchísimos años, que los caminos que recorres eran como los libros; de ellos siempre terminas aprendiendo algo. 
El anacoreta se quedó satisfecho con la respuesta. Comprendió lo que había dicho aquel sabio. Él había aprendido mucho de los veinte años que había estado en aquella cueva solitaria. Así que se levantó, cogió su cayado y su calabaza seca y salió a intentar aprender algo de los caminos que le quedaban por recorrer.

01 marzo 2018

El horizonte tiene su atardecer



Los horizontes también tiene sus atardeceres y siempre los tienen distintos; nunca tienen uno igual.