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Las zonas peatonales son fundamentales para el desarrollo armónico de la ciudades porque contribuyen a pacificarlas de manera significativa, urbes que, por lo general, les sobran coches, contaminación y ruidos. En las zonas peatones los vehículos están restringidos o prohibidos y el espacio está dedicado exclusivamente a peatones o bicicletas con restricciones en cuanto la velocidad. Estas áreas se planifican y ordenan en el centro de las ciudades para mejorar la seguridad de los peatones, reducir la contaminación, fomentar el ocio y tiempo libre y mejorar la accesibilidad en el área. Las ventajas de las zonas peatonales incluyen una mayor seguridad para los peatones, ya que hay menos vehículos circulando. También mejoran la calidad del aire y reducen el ruido. Además, las zonas peatonales también mejoran la accesibilidad para las personas con discapacidades y aumentan la sensación de pertenencia e integración comuntaria y también puede aumentar la economía de los comercios que están en esa zona. Una de las estrategias de movilidad que se está utilizando con mucho éxito y en muchas ciudades europeas son las supermanzanas, que es un tipo de diseño urbano en el que varias calles y edificios se organizan alrededor de un gran espacio, que pueden ser calles completas, plazas o parques, en el que, con muy pocos elementos y casi ninguna intervención urbanística, se logra vertebrar un espacio amplio para uso y disfute de la ciudanía, un espacio que se gana a los coches y se entrega a las personas.
Las supermanzanas se convierten por arte de magia en zonas seguras, de juego para los niños, de lectura, de reuniones y de espacimiento, donde el punto clave es la interrelación entre las personas del barrio.
Las ventajas de las supermanzanas incluyen una mayor eficiencia en el uso del espacio, una mayor seguridad debido a la reducción del tráfico y una mayor accesibilidad para peatones y ciclistas. También se considera que promueve una mayor sensación de comunidad por las relaciones que se establacen entre sus usuarios y también un mayor sentido de identidad con el barrio.
En definitiva, las supermanzanas son un paso más para lograr que nuestrás ciudades se menos hostiles para los peatones y se conviertan en ciudadades para las personas.
El uso de la bicicleta como medio de transporte en las ciudades puede tener muchos beneficios. Algunos de ellos son:
Salud: Pedalear regularmente puede mejorar la salud cardiovascular y ayudar a controlar el peso.
Medio ambiente: Las bicicletas no emiten gases contaminantes, por lo que contribuyen a reducir la contaminación del aire y el cambio climático.
Tráfico y estacionamiento: El uso de la bicicleta puede reducir la congestión del tráfico y la necesidad de estacionamiento en las ciudades, lo que a su vez puede reducir la contaminación y el ruido.
Económico: El uso de la bicicleta como medio de transporte puede ahorrar dinero en gasolina y costos de mantenimiento del vehículo.
Bienestar: El pedalear puede ser una actividad agradable y relajante que mejora el estado de ánimo y reduce el estrés.
También es importante tener en cuenta que el uso de la bicicleta como medio de transporte en las ciudades puede presentar algunos desafíos, como la falta de carriles exclusivos para bicicletas o la falta de una red de ciclovías seguras. Por lo tanto, es importante que las ciudades inviertan en infraestructura adecuada para hacer que el uso de la bicicleta sea más seguro y atractivo como medio de transporte.
Hay que señalar algunos aspectos adicionales sobre la importancia del uso de la bicicleta en las ciudades:
Accesibilidad: el uso de la bicicleta puede mejorar la accesibilidad para las personas con bajos recursos económicos o para las que no tienen acceso a un vehículo.
Equidad: promover el uso de la bicicleta puede ayudar a reducir las brechas de equidad en el transporte, ya que puede ser una opción más accesible y asequible para aquellos que no pueden permitirse un vehículo.
Densidad de población: en las ciudades con una densidad de población alta, el uso de la bicicleta puede ser una forma eficiente de moverse, ya que permite a las personas desplazarse en espacios más pequeños y reducir la congestión del tráfico.
Desarrollo urbano: el uso de la bicicleta puede impulsar el desarrollo urbano sostenible al promover la construcción de vías ciclables y la creación de espacios públicos accesibles.
Reducción de la congestión vehicular: el uso de la bicicleta puede reducir la congestión vehicular, mejorando la movilidad en las ciudades y disminuyendo el tiempo de viaje para todos los usuarios de la carretera.
Sin embargo, hay varias controversias relacionadas con el uso de bicicletas como medio de transporte en las ciudades. Algunas de las principales controversias son:
Seguridad: Aunque el uso de la bicicleta es generalmente considerado como una actividad segura, algunas personas temen que no sea seguro pedalear en las calles de las ciudades debido al tráfico intenso y la falta de infraestructura segura para ciclistas.
Costo: El desarrollo de infraestructura para ciclistas, como carriles exclusivos y estacionamiento para bicicletas, puede ser costoso para las ciudades y puede generar controversia entre los funcionarios públicos y los ciudadanos que consideran que el dinero podría ser mejor invertido en otros proyectos.
Accesibilidad: Aunque el uso de la bicicleta puede mejorar la accesibilidad para algunas personas, también puede ser inaccesible para personas con discapacidades físicas o mayores, lo que puede generar controversia.
Tráfico y congestión: La incorporación de bicicletas en las calles de las ciudades puede generar preocupaciones acerca de cómo afectará al tráfico y a la congestión.
Estacionamiento: Con el aumento del uso de bicicletas como medio de transporte, el estacionamiento de bicicletas puede convertirse en un problema, ya que no siempre hay suficientes lugares disponibles para aparcarlas.
Es importante que se discutan estas controversias y se tomen medidas para abordarlas. Esto incluye la educación sobre la seguridad en bicicleta, la inversión en infraestructura segura, la accesibilidad y la disponibilidad de estacionamiento seguro y accesible. También es importante involucrar a diferentes grupos de personas, como los ciclistas, los conductores, los peatones y los funcionarios públicos en estas discusiones para buscar soluciones justas y equitativas.
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Fuente: Pixabay |
El primer paso sería convertir nuestras ciudades en ciudades sotenibles, porque si cambiamos el concepto de ciudad, estaremos yendo hacia ese tipo de ciudades que es capaz de satisfacer las necesidades de sus habitantes de manera que se asegure una calidad de vida óptima, sin comprometer la posibilidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades. En otras palabras, una ciudad sostenible es aquella que es capaz de mantener su vitalidad y su atractivo sin dañar el medio ambiente ni agotar los recursos naturales.
¿Por qué es importante tener ciudades sostenibles? La mayoría de nosotros vivimos en ciudades, y cada vez más personas se están trasladando a ellas buscando una mejor calidad de vida. Pero a medida que las ciudades crecen, también aumentan los problemas ambientales y de calidad de vida, como la contaminación del aire y del agua, el tráfico congestionado y la falta de espacio verde. Además, las ciudades consumen una gran cantidad de energía y recursos naturales, lo que contribuye al cambio climático y agota los recursos del planeta.
Por eso es crucial que comencemos a pensar en cómo podemos hacer que nuestras ciudades sean más sostenibles. Esto incluye cosas como reducir el uso de combustibles fósiles y aumentar la eficiencia energética, fomentar el transporte público y las formas de transporte sostenibles como la bicicleta y el caminar, y promover la construcción de edificios y barrios que sean amigables con el medio ambiente. También es importante asegurarse de que las ciudades tengan suficiente espacio verde y áreas de recreación, ya que esto no solo es beneficioso para el medio ambiente, sino que también mejora la calidad de vida de las personas que viven allí.
Pero no podemos hacer todo esto sin la participación de todos. Es responsabilidad de cada uno de nosotros contribuir a la creación de ciudades más sostenibles, ya sea a través de nuestras elecciones personales, como utilizar menos energía en nuestras casas o elegir formas de transporte más amigables con el medio ambiente, o a través de nuestra participación en la toma de decisiones políticas y en la promoción de cambios a nivel local y nacional.
Fuente: Daniel Rodríguez |
En estas circunstancias especiales se acordó hacer dos grupos, para reducir el número de regatas, evitar que alguna ola de la Covit-19 impidiera que pudiésemos acabar la temporada. Se decidió en asamblea que la composición de los grupos se realizara por sorteo y así se hizo y así se aceptó.
Sin embargo, aunque seguimos en pandemia, las circunstancias han cambiado mucho y ya no estamos en la situación de emergencia sanitaria como el año pasado y teníamos la posibilidad de volver a retomar la competición como siempre se ha hecho, de todos contra todos y, además, el número de botes que se han inscrito (13) permitía que se hiciera sin ningún problema, pero se optó por seguir con el sistema de dos grupos y por mucho que le doy vueltas, no termino de entender el porqué.
Este sistema de dos grupos tendría su razón si fueran 24 botes, pero con 13 no tiene razón de ser y además perjudica, ya no solo a la competición, la mayoría para a tener solo cinco regatas en el campeonato, sino también a las arcas de los botes. Muchos patrocinadores se echarán para atrás cuando vean que la visibilidad de su publicidad se reduce a más de la mitad que si hubiera un todos contra todos porque se doblaría el número de regatas.
Si lo que se quiere es dar espectáculo, soy un firme partidario de los Play Off finales, se podría realizar la temporada normal, todos contra todos, y luego un Play Off final con los cuatro primeros, en el formato que se acuerde en la asamblea.
Sin embargo, desde la Federación se ha presionado al máximo para que se eligiera el modelo de los dos grupos y al final se llevó el gato al agua.
Dicho esto, necesitaba decirlo, ayer martes 12 de abril tuvo lugar el sorteo para conocer la composición de dos grupos de botes que se van a enfrentar en el Campeonato Aguas de Teror 2022.
En principio, los que asistieron al acto se sorprendieron porque pensaban que el sorteo se iba a celebrar con lo acordado en la última asamblea, que era realizar un sorteo puro entre todos los grupos y conformar los grupos A y B, pero los representantes de la Federación vinieron al acto con una idea fija y era pasar por alto lo que se había decidido, que era realizar el sorteo como se hizo la temporada anterior e imponer su idea, que no era otra que conformar cuatro cabezas de grupo con los cuatro finalistas, Morales, Puerto de la Luz, Villa de Agüimes y Porteño y el resto de botes entrarían en los grupos por sorteo puro.
Los asistentes al acto protestaron, por activa y por pasiva, y manifestaron que lo que se planteaba no era lo que se había acordado, pero la Federación hizo caso omiso y continuó con la imposición de su idea sin tener en cuenta las voces discordantes de los asistentes.
Al final se realizó el sorteo y se conformaron los dos grupos siguiendo la idea impuesta por el ente federativo.
Fuente: FVLC |
Sin embargo, se eligió la imposición, de ahí el título de este artículo, dejando en la cuneta la opinión de los clubes, que son los principales afectados por el modelo de competición que se elija.
La Federación, encabezada por su presidente, lleva los dos últimos años proa al marisco, como si la única opinión válida fuera la suya y que la de resto de los mortales no son importantes para considerarlas y, eso, en mi opinión, significa solo una cosa, que es hora de recoger, hacer las maletas e irse.