28 diciembre 2018

Atardecer en Las Canteras


Vídeo sacado con un teléfono móvil Acer Liquid Z630
Para mí uno de los momentos más impresionantes del día es el atardecer y si este atardecer es una playa, pues la experiencia es irrepetible y si esa playa es Las Canteras, entonces la combinación es perfecta porque los atardeceres en este lugar son increíbles.
Solo es cuestión de esperar el momento y disfrutar de él. Quedarse con la inmensidad del atardecer y disfrutar de los diferentes sonidos y de la paleta de colores que se nos muestra, que cambia con cada milesegundo, sin ser capaces, apenas, de percibirlo, solo si prestas atención a la maravilla que está ocurriendo a tu alrededor, serás capaz de captar su inmensidad.
No lo duden, disfruten del momento que capté en ese atardecer, de las olas rompiendo casi sin querer en la orilla, dejándose caer sobre la arena y dejándose arrastrar, nuevamente, para crear otra ola única e irrepetible en una serie interminable que jalea la luna y los vientos.
Y no se olviden de disfrutar de los colores que nos ofrece la tarde que se nos va, la combinación exacta para crear un claro-oscuro único a cada instante. No habrá un atardecer igual porque el de mañana será único y diferente, como lo es el que les muestro.
Fuente del vídeo: Mi página de Youtube.

27 diciembre 2018

Gotas de naturaleza


Fotografía sacada con un teléfono móvil Acer Liquid Z630
La cámara de mi móvil tiene sus limitaciones, pero hay veces en las que se alían los dioses de la luz y hago fotografías como la de esta flor, en la se combinan todos los elementos necesarios para demostrar, por millonésima vez, que la naturaleza es maravillosa y nos regala hermosuras como la de esta flor, un hibiscus que estaba en un jardín de Budapest.
En mi caminar diario voy mirando para todos lados, no que vaya en busca y captura de una fotografía, pero reconozco que mi mirada es activa, esperando a encontrar algo que merezca la pena ser fotografiado.
En esta ocasión caminábamos en dirección a una de las estaciones de metro de Budapest y, al poco, nos encontramos con algunos jardines con una amplia variedad de flores, entre las que se incluía los hibiscus y los había blancos y malvas. Saqué el móvil y activé su cámara porque sabía que me encontraría con alguna flor merecedora de ser fotografiada. No tarde mucho en encontrarla.
Me detuve delante de ella a contemplar su belleza, que aumentaba con las gotas de la lluvia que había caído hacía unos minutos, una combinación perfecta. Gotas de agua de lluvia, los colores malva, rojo, blanco amarillo y verde.
Sí, la naturaleza nos regala todos los días parte de su increíble hermosura, solo tenemos que detenernos a observarla, tener la mirada activa para disfrutar de lo que nos ofrece.
Quizás el ajetreo diario nos empuje a pasar de largo de la maravillosa naturaleza, sin embargo, tenemos pararnos; nuestro mundo no se derrumbará si nos paramos unos minutos a disfrutar de lo que tenemos a nuestro alrededor.

26 diciembre 2018

Relajación


Fotografía sacada con móvil Acer Liquid Z630
Cualquier momento es válido para relajarnos. Detener la actividad diaria, pararnos y respirar.
Esta paloma lo tiene muy claro, como el resto de los animales, que viven el momento, sin preocuparse ni por el pasado ni por el mañana, llevando a la práctica el tan traído y llevado carpe diem, y que solo se preocupan del presente.
Muchos problemas nos evitaríamos si fuésemos como esa paloma o por lo menos lo intentásemos porque muchos de nuestras contrariedades surgen de ahí, de nuestra excesiva preocupación por el pasado y, particularmente, por el futuro, creándonos una ansiedad innecesaria que no nos lleva a ningún sitio porque el futuro será el que tenga que ser.
Por esa razón tenemos que ser como esta paloma, buscar un momento del día para cerrar los ojos, relajarnos, preocuparnos solo de respirar y ver la vida pasar.

25 diciembre 2018

Momento y perspectiva


Fotografía sacada con una Acer Liquid Z630
Lo importante es atrapar el momento, pero también es fundamental tener la capacidad para verlo, porque si no tienes esa capacidad, jamás podrás sacar esa fotografía. Estar preparado porque no sabes dónde te encontrarás algo que te pide a gritos ser fotografiado.
Ya he comentado que soy un fotógrafo diletante, cuya única pretensión es fotografiar lo que me llama la atención de la realidad en la que vivo y sé que tengo mis limitaciones como fotógrafo. También sé que las cámaras de los móviles tienen sus restricciones, pero son muy útiles para inmortalizar momentos que para nosotros son importantes y eso es lo que hago. No pretendo más.
En esta ocasión me encontraba esperando al comienzo de un curso al que me había matriculado. Me acerqué al ventanal, descorrí las cortinas para que entrara un poco de luz porque la sala estaba en penumbra y me encontré con esta imagen. Lo primero que me llamó la atención fue el contraluz de ese instante, producido por el incipiente atardecer que ya comenzaba a asomar la patita. Después detuve mi mirada en el marco fijado por los límites de la ventana, que se transformaba en una cuña, gracias a la magia de la perspectiva. Me encantó. Y como colofón el barco anclado al fondo de la imagen que solo esperaba a ser fotografiado y eso fue lo que hice.

24 diciembre 2018

Nudos


Fuente: Fotografía sacada con una Acer Liquid Z630
Tú lo sabes. Los nudos atan.
Como el primer beso.
Aquel que te recorrió todo el cuerpo,
y se te quedó ahí para siempre,
como un fósil esperando a ser encontrado.
Los nudos se desatan.
Como el primer desprecio,
Aquel que se quedó en el aire,
tan espeso que podrías enmarcarlo.
Los nudos atan.
Como la primera caricia.
La que te hizo cerrar los ojos.
Sin saber dónde estabas.
Solo sentías y te dejaste llevar.
Los nudos se desatan.
Como con la primera frontera.
Aquella invisible que se levantó sin apenas saberlo,
con los silencios, con las mentiras y con las ausencias.
Los nudos atan.
Como el primer te amo.
Que te desarmó. Te dejaste llevar
y te preguntaste si podrías regresar.
Los nudos se desatan.
Como con el primer grito.
Ese que te atravesó el corazón,
ese que sacó la pala
para excavar la tumba.
Los nudos atan y se desatan.

23 diciembre 2018

¿Qué he leído? Y de Yesterday de Sue Grafton


OPINIÓN


Tengo que decir que me gustó, aunque algunos pasajes se me hicieron un poquito largos, como los que relata en la subtrama relacionada con el asesino Ned Lowe, que creo eran innecesarios, pero cada maestro tiene su librillo.
Por otra parte me parecieron interesantes los flashback que realiza la autora para explicar la trama actual, que nos da una idea de cómo eran las relaciones de estos amigos en 1979 y que viene a explicar lo que está ocurriendo en 1989, que el año en el que transcurre la acción principal de la novela, en la que Fritz McCabe recibe un chantaje después de salir del correccional.

FICHA TÉCNICA


Formato: EPUB
Páginas: 576 págs.
Editorial: Tusquets Editores S.A.
Lengua: CASTELLANO
ISBN: 9788490665466

SINOPSIS


Una fiesta de alumnos del instituto de Santa Teresa, en 1979, en una cabaña a las afueras de la ciudad, acaba con la muerte de una alumna después de unas discusiones. Dos alumnos son detenidos por esta muerte y otro huye. Diez años después, en 1989, unos de detenidos, Fritz McCabe, sale en libertad, pero comienza a recibir chantaje por una cinta de contenido sexual que grabaron en aquel año. La familia de Fritz contrata los servicio de Kinsey Millhone para que descubra quién está detrás del chantaje.
Fuente de las imágenes: Planeta de libros 

22 diciembre 2018

El efecto mariposa de una hebilla


Fuente
Llegué a la estación cuarenta y tres minutos antes de la hora de la salida del tren. Tiempo suficiente para tomarme un buen desayuno que después haría su efecto somnífero y podría dormir las dos horas y media de viaje que duraba el trayecto Barcelona-Madrid. Al acabar mi desayuno me dirigí a pasar el control de pasajeros y lo pasé sin ningún problema.
Me entretuve leyendo el último libro de Peter Svansen, «La cubierta» hasta que comencé a notar un revuelo a mi alrededor y ese revuelo se transformó en un aviso por megafonía que teníamos que abandonar la estación lo más rápido posible.
El pánico se apoderó de los pasajeros porque se propagó el rumor de que había una bomba en algún lugar de la estación. Todo el mundo comenzó a correr como si les quedara dos segundos de vida y como dicen, el miedo es libre y tanto que es libre, porque algunos corrieron despavoridos empujando para salir lo antes posible del infierno potencial. Yo abandoné la estación sin prisa, pero sin pausa.
Estuve fuera de la estación más de una hora sin saber qué había pasado, con la única información de que la evacuación había sido por un aviso de bomba. Con más calma y a través de los periódicos digitales nos enteremos de cuál había sido la razón y no había sido otra que una hebilla de cinturón con forma de granada que había pasado los controles pertinentes. Tuve tiempo entrar en la aplicación de Cabify para suspender el servicio contratado y a la espera de saber a qué hora retomaría mi viaje a Madrid.
Cuando supe la hora de salida de mi tren, volví a entrar en la aplicación de Cabify y contraté el un servicio. Pasadas cuatro horas y cuarto pude coger el tren rápido hasta Madrid.
Al llegar a la capital madrileña el coche de Cabify me esperaba fuera de la estación que me llevaría a mi destino. Durante el trayecto le pregunté por qué tenía un lazo negro en la antena del vehículo y el conductor me respondió porque un compañero había tenido un accidente mortal por la mañana cuando regresaba de la estación de Atocha. Un camión se había saltado un stop y lo arroyó. No sé muy bien porqué le pregunté si sabía la licencia del conductor que había fallecido. Me dijo que sí y me la dio. Abrí la aplicación y era el conductor que tenía que recogerme a mí si hubiera llegado en hora a Madrid.
No le comenté nada al conductor. Realicé el recorrido pensando en las casualidades de la vida, como que un simple objeto: una hebilla con forma de granada pueda cambiar tantas cosas, porque si el guardia de seguridad la hubiera detectado, yo hubiera cogido el tren rápido sin ningún problema, habría llegado a Madrid a la hora prevista y el conductor de Cabify no habría muerto arrollado por el camión porque todo habría cambiado.