30 julio 2011

Vendo o alquilo corazón

Así rezaba el anuncio que leí en un periódico mientras me tomaba un café muy cargado y con una cucharada de leche condensada. Me sorprendió, lo recorté y lo guardé en la cartera.

Después de una noche de copas, cuando el día empezaba a despuntar, buscaba una esquina mugrienta donde sentarme y encontrar un resquicio de ánimo para llegar hasta casa. Rescaté mi cartera de uno de los bolsillos de la chaqueta y busqué los diez euros que siempre escondo para tomar un taxi que me lleve sano y salvo a casa. Los encontré y junto con el billete estaba el anuncio. Lo volví a leer y sonreí. Decidí llamar. Intenté utilizar la marcación por voz, pero mi smartphone todavía no estaba preparado para reconocer las voces resultantes de una noche cercana al coma etílico. Así que no me quedó otro remedio que la opción manual, que también resultó harto complicada, porque el teclado se multiplicaba, extrañamente para mi, por cuatro. Después de unos cuantos intentos y de no estar seguro de haber marcado el número correcto, el teléfono empezó a sonar. El sonido de la marcación me retumbaba en la cabeza y estuve a punto de mandarlo todo al carajo y seguir mi camino hacia el refugio seguro del hogar. Pero antes de colgar, una voz ronca pero femenina, preguntó con un humor de perros:

¿Quién coño es?

Llamaba por el anuncio... —le dije con mi voz quebrada y ronca de borracho ocasional.

¿Qué puto anuncio? —me preguntó con peor humor.

En ese momento pensé que me había equivocado o que había despertado a una pobre mujer a las siete de la mañana.

—Sí, el anuncio que vendía o alquilaba un corazón... —le respondí con la seguridad de que más pronto que tarde me iba a mandar al puto carajo.

—Ahhhh, el anuncio... —dijo arrastrando las palabras como si fueran las pesadas cadenas de un preso de la Bastilla.

—Sí, sí, —dije entusiasmado por haber acertado— estoy interesado en alquilarlo por unos meses, últimamente estoy falto de cariño.

—Llegas tarde, corazón... —me contestó mientras hacía una pausa casi dramática— lo vendí y un capullo sin escrúpulos, me lo destrozó. Todavía ando buscando sus trozos en los fondos de todas las copas que me bebo y en las que aún me quedan por beber.

—Ahh, lo siento —le contesté intentando ser un consuelo instantáneo que se diluyó en un milisegundo.

—Eso pasa —prosiguió como si mis palabras fueran como el murmullo del aleteo de un mosquito— cuando crees que jamás podrás amar. Yo me equivoqué, porque me enamoré hasta las trancas del hijoputa del comprador y cuando se dio cuenta, se acabó el negocio y me dejó tirada como una colilla. 

Hubo una pausa silenciosa, solo rota por el tintinear inconfundible de dos cubitos de hielo que caían en el fondo de un vaso y el posterior sonido de un liquido.

—Ahora déjame dormir, que cuando despierte, tengo que seguir buscando los trozos de mi corazón en el fondo de algún vaso sucio de Whisky.

Solo oí el sonido seco de los tonos monocordes cuando cortó la comunicación, sin despedirse, tampoco tenía porqué.

Me levanté, paré un taxi y me fui a casa, pensando en poner en venta mi corazón, por si tenía más suerte que esta infortunada vendedora de corazones.

También en: https://steemit.com/spanish/@moises-moran/vendo-o-alquilo-corazon

28 julio 2011

Me miró un niño

Con esta etiqueta, "Poemas del 81" voy a empezar a subir poemas que escribí en el camino a la adolescencia, ahí va el primero.

Me miró un niño

Le observaba, estaba quieto, estático,
estaba riendo, jugando con sus manos de pintura.
¡Cómo jugaba!

Me miró con sus ojos cielo, quedé apartado del mundo,
absortó, inmóvil, pensativo,
entré en su mundo de fantasía y me dormí.

Me miraba desde su trono rojo,
con cielo blanco,
con su mirada nítida, agradable y silenciosa de un niño,
me desperté, hablé, pensé,
esa mirada cuando le sonrío, esa mirada cuando 
le hablo, esa mirada cuando le regaño, esa mirada...

Sus ojos me decían mucho y no me decían nada,
esa mirada maravillosa, esa mirada ya no me mira,
se ha espantado por el tiempo,
maldito tiempo,
nunca volverá a mirarme
¡Nunca!
Se ha perdido en el tiempo, ha muerto aquella mirada
¡Ha muerto!

17 de mayo de 1981

25 julio 2011

¿Qué he leído? Yendo y viniendo de Conchi Hernández Romero

Mientras me leo una novela, suelo leer algún libro de relatos. En el caso que nos ocupa, me he leído Yendo y viniendo de Conchi Hernández Romero, un libro muy entretenido en el que la autora, compañera y amiga, desgrana una serie de relatos basados en sus vivencias personales y en su extraordinaria imaginación. No pueden dejar de leerlo.

YENDO Y VINIENDO. RELATOS

23 julio 2011

Yo te maté.

Sí, me acuerdo de ti, de cuando jugábamos en las calles corriendo detrás de tus fantasías que te explotaban como las flores en primavera, de cuando echábamos las cometas, aquellas con el alma de caña, que vestíamos con papeles multicolores y que pegábamos con papita asada, en un cacharro viejo con agua de alguna acequia cercana o cuando jugábamos en nuestro árbol blanco, pintando en la empedrada carretera, que le luego descubrí que era nuestra versión particular del béisbol.

Sí, me acuerdo de ti, de cuando construimos una gran tirolina, con un raído cable de acero que encontramos en uno de nuestros barrancos y nos tiramos con un viejo manillar de bicicleta, escupiéndole a la cara al peligro, o de cuando, con aquel apestoso colchón, nos tiramos por las laderas del Barranco de La Ballena en busca de la velocidad y la adrenalina nos salía por los poros.

¿Te maté o te fuiste muriendo poco a poco de aburrimiento? Porque, poco a poco, como carroñeras sin piedad, llegaron las responsabilidades, los horarios, las puntualidades, los salarios, los consumos, los que dirán, los que serás el día de mañana, los problemas por todo y por nada, las envidias, las venganzas...

Sí, lo sé, yo te mate.

Ahora te busco en los recuerdos, que es lo único que me queda, sumergirme en las profundidades, darte la mano y volver a ser el niño que fui, ese que de vez en cuando me toca a la puerta y me pregunta ¿jugamos?

También en:

https://steemit.com/spanish/@moises-moran/yo-te-mate

21 julio 2011

¿Qué estoy leyendo? 1Q84 de Haruki Murakami

Ahora me toca libro que es muy extenso, pero me interesa porque nunca he leído nada de autores japoneses y además tiene muy buen crítica. Espero divertirme.


FICHA TÉCNICA:
Número de páginas: 744
Género: Narrativa

Mi bonsay, una mimosa de la familia de las acacias.


¿Qué he leído? Pedro Páramo de Juan Rulfo

Por fin terminé de leerme Pedro Páramo de Juan Rulfo y como antaño, me pareció una novela bastante complicada de leer. Me gustan las novelas que tienen un hilo argumental claro y definido. Había momentos en que tenía que hacer esfuerzos para no perderme... En fin, no me la volveré a leer y les dicen que se la lean pues, ustedes mismos, paciencia.