Esto de los vecinos es una lotería, te puede tocar el premio gordo o la perra más gorda de universo. Si tienes la suerte de tener un buen vecino, pues vivirás plácidamente y casi en el nirvana vecinal. Pero si por desgracia te toca en suerte un mal y jodido vecino, pues estás condenado a vagar por el desierto de la incomprensión, caer en el abismo de la desesperación e incluso tocar, con los dedos, los cabellos finos de cruel locura.
16 septiembre 2009
15 septiembre 2009
Besos
Hoy quiero perderme en tu boca y buscar los besos que te quedan por darme, esos que guardas tan celosamente, escondidos en algún lugar de tu corazón. ¡Pero nadie te ha dicho que los besos no se guardan!
11 septiembre 2009
Recuerdos
Me siento ante los recuerdos, miro hacia atrás en busca de las viejas cartas, de las viejas fotos, de los viejos objetos, de las perdidas caricias, de los volátiles besos, de los amores perdidos y de las amistades enterradas. Tengo sensaciones encontradas de felicidad y tristeza, felicidad, por vivir lo vivido y tristeza, por perder lo perdido.
10 septiembre 2009
El Mar
Me siento a oír tu música en la orilla cuando la desesperación me abruma y me meces, como madre protectora, hasta que la desesperación se evapora. Me introduzco en tus carnes buscando el beso fresco de tus olas y como bálsamo sagrado me alivia y tranquiliza.
09 septiembre 2009
Encuentro casual
Te vi, me viste, te sonreí, me sonreíste. Seguiste calle abajo, te volviste, te sonreí, me sonreíste. Te seguí con la mirada hasta que te perdí entre la gente. Sonreí, no sé si me sonreíste.
08 septiembre 2009
17 agosto 2009
Nunca te he escrito
Nunca te he escrito, lo reconozco, pero siempre has estado ahí, presente. Muchas veces me he preguntado cuando fue el primer día en el que noté tu presencia. No lo recuerdo. Te manifiestas cuando te da la puta gana y luego desapareces, así, sin más. Me estoy armando de buenas artes, meditación, respiración abdominal, buenos pensamientos, positivismo, etc, para que con el tiempo, desaparezcas de mi vida porque te moriste por inanición, porque tú te alimentas de mí, maldita carroñera, de mis entrañas, de mi sonrisa, de mi buen humor, de mi pasión y de mi felicidad. Muchas veces tengo ganas de meterme la mano tan dentro, hasta donde pueda, para sacarte los ojos, la lengua, las vísceras, el corazón y enterrarte bajo siete metros de tierra. Sí, siete, porque dicen que es un número mágico, que ahuyenta los malos espíritus, y tu eres un jodido mal espíritu.
Suscribirse a:
Entradas (Atom)